El Rolex Daytona se encuentra entre los relojes más legendarios y codiciados de todos los tiempos. Pero los precios que este icónico cronógrafo alcanza actualmente en el mercado son más elevados que nunca: superan los 30 000 euros, lo que lo hace inalcanzable para la mayoría de nosotros. Por ese motivo, le presentamos cinco alternativas más baratas y que incluso ofrecen alguna prestación más que el Rolex Daytona.
El Zenith Chronomaster Sport: el hermano gemelo
El Zenith Chronomaster Sport es un cronógrafo de cuerda automática con rueda de pilares que puede medir tiempos con una precisión de centésimas de segundo. A través del fondo de cristal de zafiro se puede admirar el calibre El Primero, que ofrece una complicación de fecha y está maravillosamente decorado. Estas son dos cosas que el Daytona no ofrece. En cuanto al diseño general del reloj, está claro que Zenith se ha inspirado en el gran modelo de Rolex. La esfera, el bisel de cerámica y la presentación general recuerdan de inmediato al legendario Daytona, hasta tal punto que se podrían confundir a primera vista.
Al observarlo más de cerca, sin embargo, un entusiasta de la relojería atento reconocerá todos los delicados detalles y las referencias a los cronógrafos El Primero que precedieron al Chronomaster Sport. Y si hay una marca de relojes que se puede inspirar en el diseño del Daytona, esa es Zenith. Hasta bien avanzada la década de 1990, cuando Rolex pasó a emplear un movimiento de manufactura, el Daytona albergaba un calibre El Primero. Una historia estrechamente ligada, un diseño similar, mejores complicaciones y disponible por menos de 10 000 €: todos estos argumentos se posicionan claramente a favor del Zenith Chronomaster Sport. Sin lugar a dudas, este reloj ya es una de las mejores alternativas al Daytona del mercado.
El Breitling Premier B01 42mm: deportividad y elegancia
Al igual que el Rolex Daytona, el Breitling Premier B01 Chronograph es un auténtico maestro a la hora de combinar la deportividad y la elegancia en un mismo reloj. No obstante, el Premier tiene sus propias raíces y lo hace con su propio estilo. La esfera panda con diseño bicompax le otorga un toque de encanto vintage, y la escala taquimétrica no está situada en el bisel, sino directamente sobre la esfera. A través del fondo de zafiro del Breitling Premier se puede observar cómo trabaja el calibre de manufactura B01. Este movimiento ofrece una reserva de marcha de nada menos que 70 horas y, al contrario que el Daytona, también incluye una práctica función de fecha. La caja del Chronograph de Breitling posee un diámetro de 42 mm y es estanca hasta los 100 metros. En este reloj se emplean materiales de máxima calidad, y los fantásticos pulsadores de cronógrafo rectangulares se pueden manejar con toda comodidad. La pulsera de acero también es de gran calidad. Tiene una construcción similar al brazalete Jubilee de Rolex, pero destaca con el inconfundible estilo de Breitling. Con todo esto, el Breitling Premier constituye una alternativa más que lograda al Rolex Daytona. Está a la misma altura en todos los sentidos y, con la fecha, incluso tiene algo más que ofrecer; y todo ello a partir de unos 6000 €.
El Omega Speedmaster Racing Co-Axial: la otra leyenda
He estado mucho tiempo debatiendo conmigo mismo si no debería incluir en esta lista al Speedmaster Professional, pues, a fin de cuentas, el Moonwatch disfruta de una historia única que incluso hace sombra al legado del Daytona. Pero finalmente he optado por descartar este reloj. A pesar de su nuevo calibre certificado por el METAS, ha tenido que hacer demasiadas concesiones a nivel técnico: alberga un movimiento de cuerda manual en lugar de uno automático, carece de bisel de cerámica y solamente es hermético hasta los 50 metros.
El Speedmaster Racing, por el contrario, posee casi todo lo que le «falta» al Moonwatch para competir con el Daytona. El calibre automático coaxial ofrece una reserva de marcha de 60 horas, similar a la del Daytona. Además, el reloj cuenta con un fondo de caja de cristal de zafiro, un bisel de cerámica e incluso una complicación de fecha. Solo en el ámbito de resistencia al agua se queda un poco atrás frente al Daytona. No obstante, lo compensa con el característico diseño atemporal del Speedmaster, tan icónico como el emblemático reloj de Rolex. Con 44 mm, puede parecer grande, pero la distancia de asa a asa, muy parecida a la del Moonwatch clásico, hace que esta variante del Speedy sea muy ponible. Con su distintivo diseño propio, fondo transparente y complicación de fecha, el Speedmaster Racing ofrece algo más que su homólogo de Rolex y por un precio mucho menor, de unos 7000 euros.
El Jaeger-LeCoultre Polaris Chronograph: la alternativa de alta gama
En mi opinión, el Polaris Chronograph de Jaeger-LeCoultre es el cronógrafo deportivo más elegante que se puede encontrar en el mercado, incluso algo más que el Rolex Daytona. Esto se debe tanto a la apariencia exterior del Polaris Chronograph como a su excelente calidad. Este cronógrafo deportivo presenta un diámetro de 42 mm y una altura de apenas 11,9 mm. Todo el diseño destaca por su singularidad y su atención al detalle. Su resistencia al agua hasta los 100 metros y su reserva de marcha de 65 horas son características muy sólidas a nivel técnico, pero se quedan en segundo plano cuando se observa por primera vez la maravillosa decoración trasera a través del fondo de cristal de zafiro.
Para mí, lo que más destaca de este reloj es la esfera, que alterna superficies lisas y rugosas, brillantes y mates. Sus diferentes estructuras despliegan todo su esplendor a la luz del día y resultan realmente fascinantes. Con un precio de entre 9000 y 11 000 €, el Polaris Chronograph sigue siendo más barato que el Daytona, y con él obtendrá un auténtico cronógrafo de alta gama. En comparación, un reloj de calidad similar de alguna marca como A. Lange und Söhne o Patek Philippe le costaría varias veces más.
El Tudor Black Bay Chrono: el Daytona vintage
Para ser sincero, no me parece que el Black Bay Chrono recuerde en nada al Daytona, ya que, al fin y al cabo, se trata de un cronógrafo con dos subesferas, mientras que el Daytona posee tres totalizadores. En ese sentido, el título que he elegido no parece del todo adecuado. Pero probablemente sienta la cercanía a Rolex cuando tenga entre sus manos este Tudor, a pesar de su típico carácter vintage y de ser algo menos refinado.
Al contrario que el Daytona, el Black Bay Chrono no posee un bisel de cerámica. No obstante, en este reloj no quedaría tan bien, ya que desentonaría con su estilo vintage. Por otro lado, cabe destacar la calidad del reloj: el Black Bay Chrono sabe hechizarnos a su propia manera, con sus acabados de alta gama y su amor por los detalles. Bajo su apariencia vintage se esconde una impresionante tecnología: el calibre B01 de Breitling, refinado por Tudor, ofrece una reserva de marcha de 70 horas y la función de fecha que le falta al Daytona. El Tudor es hermético hasta los 200 metros, con lo que supera al Daytona, y en cuanto a relación calidad-precio, como siempre, Tudor se sitúa muy por delante. Aun así, el Black Bay Chrono, que cuesta cerca de 6000 €, también alcanza precios más elevados en el mercado que los establecidos por Tudor de forma oficial. Este reloj, que se ha lanzado hace unos pocos meses, ya disfruta de una enorme popularidad, al igual que su hermano mayor, el Daytona.
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