Mientras que complicaciones como el calendario perpetuo o indicador de la fase lunar revelan lo que hacen directamente en sus nombres, la función ratrapante, también a menudo escrita «rattrapante», es diferente. Las otras denominaciones habituales para esta función, como «split seconds» en inglés o cronógrafo doble, tampoco son especialmente informativas a primera vista. Por este motivo, nos gustaría contarle un poco más sobre el funcionamiento y la historia de una de las complicaciones más sofisticadas del mundo de la alta relojería.
¿Qué es un cronógrafo ratrapante?
Un cronógrafo ratrapante o con aguja ratrapante, tiene un segundero situado debajo del segundero real. Mientras no se accione, queda justo debajo del segundero y no se ve. Sin embargo, al accionar un pulsador una vez, se detiene y marca un tiempo intermedio. Cuando se vuelve a pulsar el pulsador correspondiente, este se pone inmediatamente a la altura de la posición de la aguja central del cronógrafo. El término «ratrapante» puede explicarse por el verbo francés «rattraper», que significa «alcanzar».

El desarrollo del mecanismo ratrapante
Las raíces de la complicación ratrapante se remontan a la primera mitad del siglo XIX y estuvieron muy influenciadas por dos relojeros. En 1831, Joseph Thaddäus Winnerl desarrolló un reloj de bolsillo con «segundero libre» (en francés: «seconde independante»), en el que el segundero podía detenerse y ponerse en marcha independientemente del movimiento y tantas veces como fuera necesario. Siete años más tarde, en 1838, Winnerl presentó un modelo en el que dos segunderos superpuestos marcaban por primera vez el principio y el final de la medición. Sin embargo, el problema de ambos mecanismo era que el segundero tardaba mucho en volver a su punto de partida. Charles Victor Adolphe Nicole resolvió este problema en 1844 con la patente de un mecanismo que permitía poner a cero inmediatamente la aguja del cronógrafo. Al accionar el pulsador, el segundero del cronógrafo se conectaba al movimiento y se ponía a cero. En 1862, se lanzó una patente inglesa para la puesta a cero de los cronógrafos. No obstante, este mecanismo fue desarrollado por Henri Féréol Piguet, uno de los empleados de Nicole.
La popularización del ratrapante
Los cronógrafos dobles adquirieron su aspecto actual en 1880. Característico del aspecto de un cronógrafo con ratrapante es el pulsador adicional, que o bien está montado como un tercer pulsador en la caja, clásicamente a las 10, o está situado en la corona de cuerda y se acciona desde allí. Sin embargo, esta tecnología requería mucho espacio en aquella época, por lo que durante mucho tiempo los cronógrafos dobles solo estuvieron disponibles en formato de reloj de bolsillo. Pero a medida que el reloj de pulsera se fue convirtiendo en la forma estándar de reloj, también aumentó la demanda de relojes de lujo complicados. En los años veinte, por fin había llegado el momento: Patek Philippe presentó el primer cronógrafo doble en forma de reloj de pulsera. La construcción de este modelo de reloj ya había comenzado en 1903 y tardó 20 años en completarse. El prototipo con número de movimiento 124824 y número de caja 235326 se vendió en una subasta en 1999 por 1 918 387 dólares estadounidenses y fue el reloj de pulsera más caro subastado hasta entonces.
Años difíciles y un brillante regreso

La ingeniosa tecnología del mecanismo ratrapante popularizó rápidamente esta complicación. Otros fabricantes de relojes también empezaron a producir movimientos ratrapantes. Probablemente, los más populares proceden del fabricante suizo de movimientos Fabrique d’Ebauches Vénus SA. Los movimientos 179, 185, 189 y 190 siguen siendo muy codiciados hoy en día entre los coleccionistas. Pero quizá también se deba a su tiempo de producción relativamente corto. Se fabricaron a partir de 1940, pero dejaron de fabricarse en 1952. La empresa Venus pasó a formar parte de Ebauches SA, que más tarde se convirtió en ETA SA, fabricante del conocido ETA 7750. Sin embargo, debido a la crisis del cuarzo, la demanda de relojes de lujo cayó rápidamente en las décadas de 1970 y 1980. A finales de la década de 1980, Blancpain anunció el renacimiento del mecanismo ratrapante con el calibre Piguet 1181. El sucesor, el Piguet 1186, se suministra a Breitling, Omega y Audemars Piguet, entre otros. Pero ETA también volvió con un nuevo mecanismo ratrapante. Basándose en el ETA Valjoux 7750, Ulysse Nardin e IWC presentaron sus propias versiones especiales de la complicación. La empresa de Schaffhausen impresiona especialmente por la elegancia de sus modelos, como los de la colección Da Vinci Rattrapante. Inspirados en los antiguos cronómetros de barco, estos modelos desprenden un sofisticado encanto vintage con sus cajas circulares y sus esferas ricamente detalladas. Si quiere comprar un reloj de lujo clásico y atemporal con una complicación ratrapante,Portugieser, el Portugieser Chronograph (ref. IW371480) también podría interesarle. En cambio, el Omega De Ville Rattrapante es moderno y dinámico. Con su calibre Co-Axial y una esfera clara, esta serie de modelos presenta los mejores argumentos para revivir el mecanismo ratrapante en el siglo XXI. A pesar de los numerosos movimientos y modelos nuevos, un hecho permaneció inalterado hasta 2004: la medición del tiempo fraccionario durante un proceso de medición en curso se limitaba a la rotación de la aguja del cronógrafo, es decir, a un máximo de 60 segundos. A. Lange & Söhne consiguió cambiar esto en 2004. Además de la aguja del cronómetro, el modelo Double-Split dispone de un contador de minutos que puede utilizarse para realizar mediciones de periodos de tiempo de hasta 30 minutos.

El monorratrapante
Además del ratrapante, también existe el llamado mecanismo monorratrapante. Esta variante del mecanismo ratrapante es más barata de fabricar. El monorratrapante solo tiene una aguja para la función de cronógrafo y dos pulsadores en la caja. El superior activa la función de inicio-parada. Si se presiona el pulsador inferior, la manecilla se detiene y revela el tiempo parcial. Al volver a pulsar el pulsador inferior, la aguja vuelve a la posición en la que estaría si no se hubiera detenido. En la década de 1940, la marca de relojes de lujo Bovet, en particular, destacó en la producción de relojes con monorratrapante. Los relojes de esta empresa suiza se basaban en el movimiento Valjoux 84. Estos modelos vintage de Bovet son muy populares hoy en día y demuestran una vez más que la tecnología del pasado puede seguir inspirando en la actualidad.