Uno de los tipos de relojes más populares entre los entusiastas de los relojes son los divers o de buceo, algo de lo que puedo dar fe personalmente. En mi modesta colección de relojes, hay varios divers que disfruto con frecuencia. Lo curioso es que la mayoría de estos relojes de buceo probablemente nunca se utilizarán para su supuesto propósito. Los míos seguramente no, ya que mi última inmersión fue hace más de 20 años. La mayoría de mis divers ni siquiera se acercan al agua, como mucho permanecen ceñidos a mi muñeca cuando me ducho.
A pesar de esto, me encantan mis relojes de buceo. Simplemente pasan mucho tiempo en mi muñeca ya que son adecuados para casi cualquier situación. No importa lo que haga o a dónde quiera ir, un diver deportivo y robusto siempre se ve bien. Alguien recientemente me preguntó por qué se necesita un reloj que sea resistente al agua hasta 200 metros (o más) ya que la mayoría nunca alcanzará esa profundidad de todos modos. ¡Cierto! Pero se podría decir lo mismo de los coches. ¿Para qué necesitamos un automóvil que puede superar los 200 km por hora cuando la mayoría de los países tiene un límite de velocidad de alrededor de 120 km/h? Se trata de la apariencia, la técnica, la marca y su historia.
Y si los diver estándar ya suscitan curiosidad, ¿qué pensará la gente de los relojes de buceo extremos? Los diver normales presentan una resistencia al agua de 200 – 600 metros, pero hay modelos especiales que pueden llegar mucho más allá. Echemos un vistazo a algunos divers extremos que se crean para llegar a profundidades de 2.000 metros e incluso más.
Hublot Oceanographic 4000
Lanzado al mercado inicialmente en 2011, el Oceanographic se presentó como un reloj que supera límites. Capaz de soportar la presión a 4.000 metros bajo el nivel del mar, este reloj viene en una caja de 48 mm en titanio de grado 2 o en carbono. Presenta dos coronas ubicadas en el lado derecho de la caja. La corona situada a las 2 en punto sirve para configurar el bisel giratorio interno que está protegido por una cubierta contra cambios involuntarios. La corona inferior configura y da cuerda al Oceanographic 4000.
IWC Aquatimer Ocean 2000 Edition
Este modelo se remonta a principios de los 80 cuando Ferdinand Porsche diseñó el prototipo para buceadores encargados de eliminar minas con una calificación de profundidad de 200 bar. Este reloj pasará a estar disponible para el gran público, dejando atrás su exclusivo uso militar, y se comercializará como el Ocean 2000. Para celebrar su trigésimo quinto aniversario, IWC rediseñó este reloj haciéndolo mucho más pequeño y manteniendo la misma resistencia a la presión. Con una mejorada caja de titanio, este reloj pasó de medir 46 a 42 mm de diámetro y de 20,9 a solo 14,5 mm de altura.
Rolex Deepsea Sea-Dweller
El prototipo de este reloj data ya de 1950. Después de varias pruebas, se fijó uno a un batiscafo en 1960 y se sumergió a más de 10.900 metros. Volvió a la superficie en perfecto estado de funcionamiento. Los relojes de buceo disponibles comercialmente eran «solo» resistentes hasta unos 300 metros en aquel momento. Fue en 2008 cuando Rolex presentó su Deepsea, que tiene un índice de profundidad oficial de 3.900 metros. Con una caja de 44 mm y un cristal de zafiro abombado de 5,5 mm, este reloj es grande pero aún se puede usar. Manteniéndose fiel al típico diseño Rolex del Sea-Dweller, incluye un bisel de cerámica y una válvula de escape de helio en el lado izquierdo de la caja.
UTS 4000M Professional Diver
Cuando hablamos de relojes extremos, no solo se trata de las grandes marcas. UTS Watches es una pequeña compañía que crea relojes 100% hechos a mano en la ciudad alemana de Munich. Entre su colección está el diver 4000M. Este reloj de 45 mm está fabricado a partir de un bloque sólido de acero inoxidable alemán. Cuenta con un bisel giratorio que se cierra con un mecanismo especial de cojinete de bolas de cerámica a las 2 en punto. Su cristal de zafiro de 6 mm no solo está pegado, sino que también está sujeto por un anillo de acero inoxidable que se fija con 7 tornillos.
Puede preguntarse por qué tenemos la necesidad de crear relojes que sean capaces de soportar presiones tan extremas. Hasta ahora, los seres humanos por sí solos no han logrado descender a más de 534 metros bajo el nivel del mar. Esto es así porque las condiciones a esa profundidad impiden que nuestro organismo continúe el descenso. Es cierto que se ha realizado una inmersión más profunda, a 610 metros, pero esta hazaña se realizó con la ayuda de un traje especial. Y también se recurrió a una cámara hiperbárica en tierra para simular una inmersión a 701 metros.
Dejando al margen la necesidad real de ofrecer una resistencia tan extrema a la presión, es evidente que estos divers son relojes impresionantes. Crear un reloj de pulsera que puede resistir condiciones tan hostiles y extremas requiere un gran nivel de diseño e ingeniería, pero no caigamos en detalles innecesarios, a veces no hace falta tener una razón coherente. El mundo está lleno de cosas que no sirven para nada, pero que creamos porque podemos hacerlo. Y me encanta que las marcas de relojes quieran traspasar límites con sus creaciones, sean útiles o no. Una cosa es evidente: estos relojes están construidos para durar.
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