En marzo, le preguntamos por qué su primer Rolex era también el reloj de sus sueños. En el marco de nuestro concurso, que finalizó el 29.3.21, le pedimos que nos enviara su historia personal con Rolex. Originalmente, habíamos planeado publicar solo una de estas, pero ante las muchas historias interesantes que nuestros lectores compartieron con nosotros, decidimos añadir algunas más para usted hasta finales de año.
El primero fue Eric, de Austin, Texas. Puede leer la conmovedora historia de su Rolex Datejust aquí.
En el siguiente artículo, el buzo profesional y piloto de helicóptero Ed, de Australia, cuenta la accidentada historia de su GMT-Master II Pepsi, que posee desde hace 14 años.
Mi GMT-Master 2
El momento en que me di cuenta de la calidad y el legado de los relojes de Rolex fue cuando tenía poco más de 20 años y estaba trabajando como buzo técnico en la industria del buceo del mar del Norte. Muchos de los buzos en activo y los antiguos buzos que ahora trabajaban en la superficie llevaban relojes Rolex COMEX en la muñeca, así como Sea-Dwellers y algún que otro Submariner. En mi último año en el mar, me ofrecieron un Submariner No Date por 400 £, pero, como un idiota, lo rechacé, porque tenía que pagar unos billetes de avión. Todavía me arrepiento de ello; algunas noches me despierto gritando por mi estupidez.
Diez años después, acabé trabajando como capitán para una empresa de helicópteros del mar del Norte que volaba hasta barcos y plataformas petrolíferas de la zona. Quería un reloj al que le pudiese confiar mi vida si algo iba mal; algo fácil de leer y no demasiado voluminoso, para poder llevarlo con mi traje seco para volar. El único reloj que cumplía todos mis requisitos era el GMT-Master 2 con bisel Pepsi. Además, me encantaba el aspecto clásico de este reloj, con sus colores y su estilo.
Estaba en proceso de vender mi casa, y conseguí que un nuevo comprador (un agente de aduanas que se estaba trasladando del aeropuerto de Gatwick al de Aberdeen) pagara 2500 £ más porque mi abogado le dijo que tenía que «superar la oferta» para conseguir la casa. ¡Lo que él no sabía es que era la única oferta! Con ese dinero extra en el banco, me dirigí a un distribuidor de Rolex local y me compré el GMT-Master 2 con los colores Pepsi. Eso fue hace 14 años. Desde entonces, he volado a Noruega, Reino Unido, Australia, Timor Oriental y Polonia, y viajado por todo el mundo por trabajo: Escandinavia, Reino Unido, Oriente Medio y el Sudeste Asiático. Mi GMT-Master 2 siempre me ha acompañado, indicándome la hora exacta en el país local y la del Meridiano de Greenwich (GMT) para los documentos de aviación y los informes de posición para el control de tráfico aéreo.
En 2010, mientras estaba en el helipuerto de una plataforma petrolífera, fui bajo cubierta para descansar un poco, y al bajar por la escalera de caracol me topé con unos trabajadores que subían corriendo hacia el helicóptero. Me agarré a la columna central para no caerme y sentí un pinchazo en la muñeca izquierda. Cuando me miré la muñeca, vi que el cierre se había torcido ligeramente, y me embargó una horrible sensación. Al volver a la base en la región de Kimberley, llamé a Rolex Sydney para saber el precio de un nuevo pasador, y me informaron educadamente de que tendría que comprar un cierre completamente nuevo por 400 $. Después me preguntaron si iba a ir a Asia pronto, y les dije que salía para Singapur en una semana. Su respuesta: «Bien, pásese por la tienda de Rolex en Orchard Road, y estarán encantados de ayudarle».
Una semana más tarde, estaba en el centro de servicio de Rolex en Orchard Road para que arreglaran mi reloj. Mientras tanto, me ofrecieron uno de los mejores cafés que he tomado nunca, con el símbolo de Rolex espolvoreado con cacao en polvo sobre la espuma. Treinta minutos después, me devolvieron el reloj, ligeramente pulido, con la factura…………200 $.
Seis años después de comprarme el GMT-Master 2, decidí llevarlo a revisión, así que volé a Sydney y me pasé por el establecimiento de Rolex en George Street, donde me recibió una mujer fantástica que me hizo sentir muy bienvenido. Dejé allí el reloj y me fui a comprar un Omega Speedmaster mientras lo revisaban. La compra no le sentó nada bien a mi mujer, pero nunca volvió a sacar el tema. Diez semanas después, llamaron a mi puerta y me entregaron mi querido GMT-Master, como nuevo. Habían pulido todos los arañazos y rasguños, y reemplazado el bisel Pepsi. ¡Increíble! Se me había olvidado cuánto se había decolorado la parte roja bajo el sol tropical del norte de Australia y de Timor Oriental.
Ya llevo 25 años pilotando helicópteros hasta barcos y plataformas petrolíferas, y, para celebrarlo, me he apuntado a la lista de espera para adquirir un Rolex Explorer 2 nuevo en color blanco polar. Aunque, como el interés por la marca ha aumentado en los últimos diez años, me imagino que me tocará esperar bastante tiempo. Es una lástima, ya que en un principio quería el Explorer 2 cuando trabajaba mar adentro porque era diferente de todos los demás Rolex que se llevaban en alta mar en esa época.
En cuanto al GMT-Master 2, lo conservaré para siempre, y lo llevaré puesto la mayor parte del tiempo, porque tiene un estilo y un aspecto preciosos.
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