En marzo, le preguntamos por qué su primer Rolex acabó siendo el que también era el reloj de sus sueños de toda la vida y le pedimos que nos enviara su historia. Recibimos muchas historias emocionantes, a menudo conmovedoras, que publicamos aquí en nuestra serie La historia de mi Rolex. Lea, entre otras cosas, cómo el australiano Edward Manning logró convertir su colección de cómics y Lego en un Rolex Milgauss.
El italoamericano Tito Mazzetta, de Atlanta, tuvo mucha suerte. Lea su historia para saber como pudo recuperar su querido Rolex Sea Dweller 1665 después de dos años tras haberlo perdido en el fondo del lago Lanier.
El profesor Charles Artaud, de Nueva York, nos explicó cómo consiguió hacerse con un flamante Rolex Datejust en plena pandemia de la COVID gracias a la ayuda de algunos trucos para poder financiarse.
En el siguiente artículo, el médico de Seattle Kasra Sarhadi nos cuenta cómo se recompensó a sí mismo con un flamante Oyster Perpetual Date justo después de sus duros estudios de medicina y en plena pandemia de COVID-19.
La historia de mi Rolex
«Los días son largos, pero los años son cortos». Al decano de mi Facultad de Medicina le encantaba pronunciar este dicho a modo de motivación para mí y mis compañeros en momentos de estrés. Es una frase simple que acarrea un profundo significado para mí y se ha afincado en mi memoria. Es un homenaje a la idea de que, con trabajo duro, perseverancia y, lo que es más importante, perspectiva, se puede superar cualquier cosa. Como coleccionista de relojes, me encanta esta cita porque captura tanto la esencia del tiempo como del esfuerzo profesional que culminó en la adquisición de mi primer Rolex, el Rolex Datejust 116234, un ejemplar que atesoraré el resto de mi vida.
Me llamo Kasra Sarhadi, tengo 28 años y soy médico residente en la Universidad de Washington, en Seattle. Desde que tenía seis años, me propuse convertirme en médico para generar un impacto positivo en el mundo y las personas que me rodean. Es un objetivo que se ha vuelto más relevante que nunca durante esta pandemia global. He pasado el último año trabajando en medio de la pandemia, tratando a pacientes con y sin COVID-19. Antes de finalizar la carrera de Medicina en verano de 2020, cuando empezaba a prepararme para la enorme transición vital de mudarme al otro extremo del país para dar el siguiente paso en mi formación como médico recién graduado, me propuse obtener un reloj que sirviese como el recuerdo perfecto para conmemorar los muchos años de arduo trabajo que culminaron en este logro. Siempre me han encantado los relojes por su elegancia, su innegable utilidad y su inherente sensación de compañerismo con el portador. Era hora de hacerme con mi primer reloj en condiciones y, después de meses de investigación, decidí que el Rolex Datejust ref. 116234 con esfera plateada y brazalete Jubilee sería mi acompañante ideal de cara al futuro. Al tratarse de un modelo con una historia extraordinaria, una artesanía impecable, mucha clase y una versatilidad increíble, sabía que podría llevar el Datejust con la misma facilidad en el presente que cuando me jubilase. Es más, el brazalete Jubilee, con su cierre oculto, el bisel de oro blanco y la esfera plateada con efecto rayos de sol me dejaron sin aliento la primera vez que los vi, y supe intuitivamente que era el reloj perfecto para mí.
Durante mi investigación, Chrono24 pronto se volvió el epicentro de información de relojes de todo el mundo. Mis aventuras con distribuidores autorizados siempre me habían dejado con ganas de más, ya que rara vez contaban con la información o existencias necesarias para ayudarme en mi proceso de compra. Explorar distintos modelos en Chrono24 me llenó de entusiasmo, pues no solo me imaginaba la alegría que sentiría al llevar ese Rolex, sino también todo lo que significaría para mí más allá de ser un reloj. He de admitir que tuve mis dudas y, sinceramente, al principio me aterraba la idea de comprar un artículo tan caro por Internet. No obstante, la protección al comprador de Chrono24 me tranquilizó y me permitió buscar exactamente el modelo y referencia que quería sin sacrificar la seguridad o la confianza. El proceso de compra fue muy sencillo y agradable. Unos cuatro meses después de empezar mi búsqueda y dos meses después de graduarme, tenía el Rolex Datejust en mis manos y en mi muñeca, listo para acompañarme en los desafíos del futuro.
Ahora, casi un año después del momento en el que decidí comprar mi primer Rolex, puedo decir que sigo completamente enamorado de este ejemplar y estoy muy agradecido a Chrono24 por haberme facilitado la información y experiencia de compra fiable que me permitieron adquirirlo. Mi Rolex Datejust no solo se ajusta a la perfección a mi muñeca, sino también a mi estilo de vida. Ya esté corriendo a una emergencia en el hospital, conociendo a un paciente en la clínica o en casa con mi familia y amigos, mi Datejust siempre me acompaña, ayudándome a llevar un control del día y recordándome constantemente que viva en el presente. Me hace pensar en mi trayectoria por la medicina, los largos días y noches que pasé estudiando para poder atender mejor a mis pacientes, y la perseverancia necesaria para llegar a donde estoy hoy. Aunque mi viaje no ha terminado y la idea de todo lo que me queda por aprender puede resultar desalentadora, un vistazo rápido a mi muñeca me recuerda cuánto he conseguido hasta ahora y todo lo que aún soy capaz de lograr. Los días seguirán siendo largos, como el decano de mi Facultad de Medicina prometió. Pero, como el barrido infalible del segundero de mi Datejust, sé que me mantendré firme en mi afán de crecer y aprender para poder seguir generando un impacto y mejorar la salud de mi comunidad y del mundo en general.
