Nos gustaría conmemorar el primer aniversario de la muerte de la reina Isabel II, una mujer extraordinaria. No solo pasó a la historia como la monarca más longeva de Gran Bretaña, sino que también era conocida por su pasión por los relojes. Durante su largo reinado, llegó a poseer una impresionante colección de relojes que reflejaban tanto sus gustos personales, como también su amor por la precisión y el arte de la relojería. En este artículo, echamos un vistazo a algunos de los relojes más notables que poseyó la monarca en vida y a su profundo apego a estas fascinantes piezas.
Una vida para la corona, una pasión para los relojes
Los relojes de la reina Isabel II no solo son valiosas piezas de coleccionista, sino también un reflejo de su personalidad y su legado. Cada reloj cuenta una historia y simboliza un momento concreto de su largo reinado. Sin embargo, su pasión por los relojes iba más allá del mero coleccionismo. También fue mecenas de la relojería y apoyó a jóvenes relojeros de talento. Reconocía la importancia de este oficio y deseaba preservar y promover la relojería tradicional. La reina Isabel II creó una fundación que proporcionaba ayuda económica y oportunidades de formación a jóvenes en el campo de la relojería y la artesanía. Fue una firme defensora de la formación y la preservación de los oficios tradicionales y se comprometió a garantizar la continuidad del arte relojero en el futuro.

También fue un icono de estilo, pero nunca utilizó sus relojes como meros objetos de moda. Al contrario, tenía un profundo conocimiento del significado del tiempo y de su importancia para su papel como monarca. Para ella, el reloj no era solo una pieza de joyería o un dispositivo técnico, sino un símbolo de su responsabilidad y compromiso. La reina Isabel II era conocida por su puntualidad y su capacidad para utilizar el tiempo con eficacia. Consideraba el reloj como una herramienta para organizar sus citas y compromisos y cumplir con sus obligaciones como reina.
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La reina Isabel II y Jaeger-LeCoultre
El reloj con el que siempre asociaremos a la reina Isabel es, por supuesto, el que llevó en su coronación en 1953. Aparte de ser el modelo que llevaba en su muñeca en ese momento tan especial, es, sin duda, un ejemplar digno de una reina. Sí, fue diseñado específicamente para esa ocasión especial y desde entonces se ha convertido en un verdadero tesoro del patrimonio británico. Fabricado por Jaeger-LeCoultre, esta obra maestra se conoce desde entonces como el «Reloj de la coronación de la reina Isabel» o «Jaeger-LeCoultre 101». Este reloj, fabricado en oro de 18 quilates, tiene una caja rectangular engastada con diamantes y un brazalete de diamantes.
Pero lo que hace que este reloj sea realmente extraordinario es su funcionamiento mecánico interno. Funciona con uno de los movimientos mecánicos más pequeños del mundo, el calibre 101 de Jaeger-LeCoultre. Este movimiento tiene una historia impresionante y fue desarrollado en la década de 1920. Mide solo 14 mm x 4.8 mm x 3.4 mm y contiene 98 piezas individuales que deben ensamblarse y ajustarse a mano. A pesar de su diminuto tamaño, el reloj dispone de una reserva de marcha de 33 horas. Por supuesto, este reloj no es adecuado para el uso diario, aunque la reina Isabel siempre ha sido una fiel seguidora de la marca. Por eso se la veía a menudo con un Jaeger-LeCoultre Reverso en la muñeca. Este reloj clásico encajaba perfectamente con su estilo.

La reina Isabel II y Patek Philippe
Los relojes de Patek Philippe, una marca considerada como la realeza de la relojería, también son lucidos por reyes y reinas. La reina Isabel II, por ejemplo, adoraba esta marca. Uno de los relojes que más a menudo lucía era el Patek Philippe Calatrava. Encarna la elegancia y el clasicismo como ningún otro modelo. Con su sencilla esfera y su esbelta caja, es un clásico atemporal que combina a la perfección con el vestuario de la realeza. Tanto con un elegante vestido de noche como para el día a día, la monarca lucía a menudo el Patek Philippe Calatrava, lo que demuestra la versatilidad de este reloj.
Otro reloj Patek Philippe que se veía a menudo en su muñeca era el Patek Philippe Golden Ellipse. A diferencia del Patek Philippe Calatrava, este aportó un toque poco convencional al vestuario de la reina con su caja de forma ovalada. Era toda una declaración de estilo muy original, pero sobre todo, un homenaje al arte de la relojería y la orfebrería, dos artes en las que Patek Philippe es un maestro. La reina no solo llevaba relojes Patek Philippe, también los adoraba porque veneraba el conocimiento y saber hacer artesanal que hay detrás de ellos.

La reina Isabel II y su mentalidad abierta
Además de todos estos modelos clásicos, la reina Isabel II también se mostró abierta a lo nuevo. Cuando surgieron los relojes de cuarzo, no los rechazó, sino que los consideró un progreso. También cabe destacar que no le disgustaba llevar relojes masculinos. Hay varias fotos suyas con un Cartier Tank Cintrée Dual Time. Este extravagante modelo muestra dos husos horarios en su alargada esfera, ambos ajustados mediante coronas individuales. El singular reloj y la novedosa mecánica que lo sustenta fascinaron tanto a la reina Isabel II que hizo caso omiso de los roles de género y se mostró públicamente luciendo un reloj masculino. Una mujer realmente adelantada a su tiempo.

Resumen
Hace ya un año que no está entre nosotros, pero nunca olvidaremos su personalidad radiante y su dedicación inquebrantable. La reina Isabel II fue una líder consciente de sus responsabilidades, y, como nosotros, una amante de los relojes.