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Los 3 mejores relojes de A. Lange & Söhne para mí

De Aaron Voyles
18 de febrero de 2025
5 minutos
Lange Zeitwerk (1)

Los 3 mejores relojes de A. Lange & Söhne para mí

En la psique de todo aficionado experimentado a la relojería reside una lista de nombres de marcas y relojeros cuyo trabajo se estima como uno de los mejores del sector. Aunque nombres como Rolex, Patek Philippe y Vacheron Constantin se encuentran sin duda en los primeros puestos de esas listas, existe un nombre quizá un poco menos conocido pero que merece estar entre los mejores: A. Lange & Söhne. Tras haber soportado una historia bastante turbulenta gracias a algunos, digamos… problemas de propiedad, este relojero alemán con sede en Glashütte volvió a la vida en 1994. Desde entonces, A. Lange & Söhne se ha consolidado como uno de los mejores fabricantes de relojes de la actualidad, con una artesanía y una atención al detalle consideradas de las mejores del sector. Al producir una plétora de relojes prácticamente perfectos, reducir su catálogo a un puñado de favoritos es difícil, pero aun así, echemos un vistazo a algunos de sus mejores modelos, al menos según mi parecer

1. El Zeitwerk

A. Lange & Söhne Zeitwerk
A. Lange & Söhne Zeitwerk

Empezando por el que creo que es uno de los relojes más singulares de Lange, el Zeitwerk. Lanzado por primera vez en 2009, el A. Lange & Söhne Zeitwerk fue el primer reloj de pulsera mecánico con indicador de la hora digital (es decir, con números para los minutos y horas, pero sin agujas). Como perfecta personificación de la capacidad de Lange para hacer que lo complejo parezca sencillo —una habilidad que solo poseen los más talentosos—, indicador digital puede parecer corriente, pero el movimiento que hay detrás ciertamente no lo es, al igual que gran parte del trabajo artesanal de Lange. Para conseguir que los números salten instantáneamente como lo hacen, el movimiento tiene que liberar una gran cantidad de energía cada minuto, el doble de energía cada diez minutos y el triple de energía cada hora. Esto requiere un movimiento increíblemente complejo sobre el que Lange tiene múltiples patentes, que aplica energía constante a un potente muelle real para hacer girar el barrilete mediante un escape de fuerza constante. Más allá de sus maravillas mecánicas, el diseño del Zeitwerk es lo que lo hace tan atractivo a mis ojos. Su esfera remonta sus orígenes al Lange 1, que fue lanzado durante el renacimiento de la marca en 1994 (se lo cuento más adelante). Los números que representan las horas y los minutos en el Zeitwerk tienen el mismo tipo de letra que los números utilizados en la ventana de la fecha del Lange 1. Un indicador de reserva de marcha «AUF/AB» en la posición de las 12 indica también cuánto tiempo le queda al reloj antes de quedarse sin carga, mientras que a las 6, hay una subesfera para los segundos. Esta distribución proporciona equilibrio al dial. Aunque su esfera es decididamente poco convencional para un Lange, el Zeitwerk ha sido sin duda un éxito para la marca. Combinado con su movimiento increíblemente complejo y bellamente acabado, el Zeitwerk encierra todo lo que el fabricante alemán significa para los coleccionistas: elegancia y maestría en ingeniería, todo ello manteniendo la identidad de la marca y aportando algo nuevo e interesante al mercado. Una ecuación difícil de equilibrar, y por eso es uno de mis modelos favoritos de Lange.

2. El Lange 1 con un brazalete Wellendorff

Lange 1 con un brazalete Wellendorff.
Lange 1 con un brazalete Wellendorff

Pasar de lo decididamente moderno al reino del Lange vintage —o neovintage, si se mira desde el punto de vista de toda la industria en términos de lo relativamente reciente que es— nos lleva a la variante más antigua del Lange 1. Lanzado en 1994 junto con otros tres modelos, el Lange 1 es quizá el reloj de pulsera prototípico de Lange & Söhne. Con su ventana para la fecha descentrada —inspirada en el reloj de cinco minutos de la Ópera Semper de Dresde—, su subesfera de horas y minutos colocada asimétricamente, su pequeño segundero a las 5 y su indicador de reserva de marcha a las 3, la esfera del Lange 1 ha sentado las bases de la estética de Lange, y el reloj en su conjunto se ha convertido en un elemento básico dentro de la cartera de relojes icónicos de la marca. Presentado en una caja universal de 38.5 mm, casi siempre de oro amarillo de 18 quilates, el Lange 1 se mantiene refinado y equilibrado en la muñeca. Combinando esta facilidad de uso con su discreto diseño, el Lange 1 es, en su ejecución y lenguaje de diseño, sin lugar a dudas reconocible como modelo de A. Lange & Söhne. Sin embargo, el rey entre todas las variantes del Lange 1, al menos en mi opinión, es el Lange 1 original ref. 101.002, lanzado en 1994. Entre esos ejemplares había un puñado con brazaletes fabricados por Wellendorff, y como fan de los brazaletes, ése es decididamente mi favorito. Fabricados por el joyero alemán de Pforzheim, estos brazaletes de cinco eslabones son extremadamente raros y eran muy caros en su época, duplicando el precio del reloj en comparación con su hermano con correa de piel. Descatalogados a principios de la década del 2000, se han convertido en un símbolo de los primeros tiempos de Lange, y a mí me encantan.

3. The 1815 Rattrapante Chronograph Honey Gold «Homage to F.A. Lange»

Si nos adentramos en el terreno de la modernidad, Lange nos lleva a uno de sus mejores lanzamientos recientes —al menos en mi opinión—, el A. Lange & Söhne 1815 Rattrapante en oro miel de 18 quilates. Lanzado en 2020 como una edición limitada de solo 100 piezas para rendir homenaje a F.A. Lange, el fundador de la marca, y para celebrar el 175 aniversario de la empresa, el 1815 Rattrapante está fabricado con la mezcla patentada por Lange de oro de 18 quilates que es «considerablemente más duro que el platino»: el oro miel o «honey gold». El 1815 Rattrapante, la primera vez que un cronógrafo ratrapante aparece como complicación independiente en un reloj de Lange, otorga a la complicación todo el protagonismo mediante el uso de una impresionante esfera negra de plata maciza, con un elementos de oro miel a juego con la caja. Más allá de su esfera, el 1815 Rattrapante presume de una considerable presencia en la muñeca gracias a sus dimensiones de 41.2 mm. Con solo 12.6 mm de grosor, el 1815 Rattrapante incorpora mucha relojería en su caja, con su calibre de cuerda manual. El movimiento L101.2 alberga una cantidad excepcional de proezas técnicas a través de su plétora de puentes, engranajes, placas, tornillos y otras superficies. Distintivamente «Lange» por dentro y por fuera, este reloj personifica la excepcional artesanía de la marca, al menos en mi opinión. Mientras que otras marcas han ido produciendo cada vez menos modelos arriesgados, Lange se ha encargado de seguir superando límites y ampliando su catálogo de forma novedosa y significativa, demostrando su habilidad y su deseo de seguir siendo uno de los mejores relojeros de la industria moderna.

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Sobre el autor

Aaron Voyles

Aaron Voyles

Me encanta todo lo relacionado con la relojería, desde el arte de su diseño hasta la ingeniería que esconden sus movimientos y su historia.

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