Hoy en día, damos por sentado que los relojes que llevamos a diario para saber la hora con precisión siempre ha entado ahí. Pero la verdad es que la extraordinaria mecánica que hace esto posible, basada en la tecnología de los grandes relojes de pie, tuvo que evolucionar enormemente para caber en un espacio tan reducido como es nuestra muñeca. Así pues, hoy le tenemos preparado un viaje a través de algunos de los momentos más apasionantes de la historia de la relojería para que se pueda hacer una idea de cómo se creó y cómo funciona el volante.
¿Qué es el volante de un reloj?
El volante es una rueda finamente elaborada que forma parte del sistema oscilante espiral volante y se utiliza como regulador de la marcha, sobre todo en los relojes de pulsera y de bolsillo. Este afiligranado y compacto sistema mecánico garantiza el latido correcto y la precisión de nuestros relojes y a menudo se le denomina el corazón del reloj debido a su importante función. El volante oscila a una determinada frecuencia (periodo de oscilación) y, junto con el escape, se encarga de que el tren de engranajes del interior del reloj se detenga parcialmente y se libere. Este movimiento, que es en gran medida independiente de la posición, se muestra mediante las agujas del reloj, que están conectadas al tren de engranajes.
Desarrollos técnicos para una mayor precisión
El mayor reto a la hora de popularizar los relojes y consolidar su uso fue garantizar su precisión. Los relojes de pie y los relojes de torre ya habían alcanzado cierta fiabilidad en la división del tiempo gracias a su escape en forma de péndulo. La llamada ley del péndulo se remonta a Galileo Galilei, quien estableció que la duración de la oscilación de un péndulo viene determinada por su longitud. El periodo de oscilación de un péndulo de aproximadamente un metro de longitud es de un segundo. Sin embargo, la precisión del reloj se hacía más difícil en cuanto se estaba en movimiento. La tecnología de los grandes movimientos no podía transferirse sin más a sus parientes más manejables, los relojes de bolsillo. Uno de los primeros relojes portátiles fue fabricado finalmente por Peter Henlein, un maestro cerrajero y relojero del siglo XV, en Núremberg. Para ello utilizó los llamados péndulos de torsión, que realizan un movimiento circular mediante una varilla con dos pesas y transfieren su energía a un muelle. Aunque el péndulo de torsión hacía que los relojes fueran considerablemente más pequeños, seguían siendo muy susceptibles a funcionar mal cuando se llevaban puestos. Este problema solo se resolvió en el siglo XVII cuando dos hombres decidieron intercambiar conocimientos entre ellos. Jean de Hautefeuille, sacerdote e inventor francés, y Christiaan Huygens, astrónomo y matemático holandés, discutieron la posibilidad de mejorar el mecanismo de regulación de la marcha desarrollando el volante con un muelle espiral. Huygens construyó el mecanismo y recibió una patente francesa por él en 1675. El principio, aunque constantemente mejorado, se sigue utilizando hoy en día en los relojes de bolsillo y de pulsera.
Estructura del sistema de oscilación del volante

Como se mencionó al principio, el volante no es una pieza única, sino varias piezas delicadas que forman el sistema oscilante de un reloj. El sistema de oscilación volante-espiral incluye, entre otros componentes, el aro del volante, una rueda delgada en la que se instala la espiral. Este muelle o resorte también se conoce como espiral plana y es uno de los inventos que se remontan a Huygens. Otro tipo de espiral, que encontramos por ejemplo en los relojes Rolex, se remonta a uno de los relojeros más influyentes de la historia: Abraham-Louis Breguet. La espiral que inventó Breguet se caracteriza por una mayor precisión. Sin embargo, también es más compleja de fabricar, por lo que la espiral plana de Huygens ha sido ampliamente aceptada. Para garantizar que la espiral mantenga su velocidad predeterminada, se regula mediante las llamadas raquetas. El aro del volante y la espiral descansan sobre el eje del volante, el cuarto componente del sistema de oscilación. Esta varilla diminuta es solo ligeramente más gruesa que un cabello humano y, por tanto, muy propensa a romperse. Así pues, para hacer el eje más resistente a los impactos, se utilizan mecanismos que aportan una mayor seguridad: los extremos del eje, los llamados pivotes, tienen forma de trompeta y evitan posibles roturas gracias a esta forma de cuña. Estos pivotes se encuentran en el sistema parachoques y están montados entre rubíes sintéticos (corindones). El parachoques garantiza que el extremo del eje del volante tenga espacio suficiente para moverse en caso de choques verticales u horizontales, pero está encerrado de tal manera que no colisiona con otros componentes. La precisión del volante se mejora aún más al incrustarlo en un tourbillon. Este equilibra los posibles efectos de la gravedad distribuyéndolos uniformemente entre el volante y la espiral.
Relojes con volante abierto
Como el volante es una parte tan importante del movimiento, algunos fabricantes de relojes le dan la atención que merece exponiéndolo en forma de volante abierto. Con un reloj de pulsera con el volante abierto, el observador no solo puede leer la hora actual, sino también ver la pieza central del reloj en funcionamiento. Para que se pueda ver el volante, la esfera debe presentar una ranura. Si son visibles partes más grandes del movimiento o incluso todo el interior del reloj, entonces se considera que es un reloj esqueletizado.

En la década de 1970, se crearon los primeros relojes con volante abierto en respuesta al creciente deseo de algunos aficionados a la relojería de echar un vistazo al movimiento en acción. Aunque los modelos con componentes de movimiento visibles suelen requerir aún más tiempo de fabricación que los relojes de pulsera convencionales, esto no tiene por qué reflejarse necesariamente en un precio más elevado. Los siguientes relojes automáticos con volante abierto ilustran lo diferentes que pueden ser los precios de estos modelos: mientras que el Jaeger-LeCoultre Master Grande Tradition (ref. 5082420) cuesta actualmente unos 50 000 € en Chrono24, modelos como el Baume & Mercier Clifton (ref. 10448) disponible a partir de unos 3000 € y el Hamilton Jazzmaster Open Heart (ref. H32705141), a partir de 900 €, ofrecen precios relativamente más económicos y una visión al interior del reloj igualmente fascinante del movimiento con su volante.
Una obra de arte mecánica: el volante doble
En la industria de los relojes de lujo, hay fabricantes que siempre tienen que ir un paso más allá. Por ejemplo, Audemars Piguet ha llevado el sistema oscilante a un nuevo nivel y ha creado un reloj con dos volantes: el Royal Oak Audemars Piguet Royal Oak Double Balance Wheel Openworked (Doble Volante Esqueletizado). Gracias al fondo transparente de la caja, el doble volante de este reloj de pulsera esqueletizado puede observarse incluso por ambas caras. En este modelo, los ingenieros han añadido un segundo volante y una segunda espiral en el mismo eje, lo que mejora aún más la precisión. Esta disposición está patentada bajo el nombre de «Dualbalance» y demuestra una vez más las habilidades relojeras y el saber hacer de la manufactura.

Un montaje delicado
Cualquiera que decida comprar un reloj especial espera un reloj fiable con un alto grado de precisión. Hoy en día, y especialmente tras la llegada de los relojes de cuarzo, los fabricantes de relojes mecánicos pueden distinguirse por el hecho de que sus relojes de lujo funcionan con la máxima precisión incluso sin el uso de pilas gracias a la pericia de los relojeros. Un paso de trabajo importante en este contexto, que afecta especialmente al volante, es el reglaje o ajuste.
¿Cómo se ajusta el volante de un reloj?
Reglaje es el término utilizado para describir los procesos de ajuste de un reloj. Los relojes deben funcionar sin problemas independientemente de su posición o de la temperatura exterior. La frecuencia del volante se ajusta doblando, alargando o acortando la espiral. Durante el montaje, los relojeros utilizan un cronocomparador para medir y visualizar las oscilaciones del movimiento. Estos valores pueden utilizarse para reconocer si el muelle se ha insertado correctamente, si es necesario extenderlo o si hay que eliminar material. Este proceso se lleva a cabo durante la fabricación del volante y la espiral, así como al final de la construcción.