A pesar del dominio comercial y mediático de los modelos deportivos como el Nautilus, en realidad Patek Philippe es y seguirá siendo un maestro de los relojes complicados. De hecho, la marca reivindica activamente su papel más allá del de simple beneficiario del auge de los relojes deportivos de acero inoxidable y continúa apostando por los relojes de vestir de aspecto clásico y refinado con una tecnología totalmente contemporánea e innovadora. Con la descatalogación de la referencia 5711 del Nautilus de acero inoxidable, Thierry Stern, el presidente de Patek Philippe, ha renunciado abiertamente a la percepción de la manufactura como «monomarca». Aunque este reloj sigue generando un excelente negocio gracias a su popularidad, se quiere aumentar el interés del público en el resto de la colección. Esto nos brinda la oportunidad perfecta para echar un vistazo a las complicaciones más características de Patek Philippe.
El calendario anual y su hermano mayor
Patek Philippe ha implementado prácticamente todas las complicaciones habituales en sus relojes de una forma u otra, llegando a incluir hasta veinte en un solo ejemplar. Pero, además de estos modelos ultracomplejos, hay una complicación en particular que se suele asociar con Patek Philippe más que ninguna otra: el calendario anual.
En cuestión de complejidad mecánica, el calendario anual se sitúa entre las sencillas complicaciones de fecha y el calendario perpetuo, que se considera una gran complicación. Lo mismo ocurre con su función y comodidad de uso. Las complicaciones de fecha comunes no «saben» el número de días que tiene un mes, y deben ajustarse manualmente al menos una vez al final de cada mes, aunque no nos olvidemos de dar cuerda al reloj y este nunca se pare. El calendario perpetuo, en cambio, no solo tiene en cuenta las diferentes duraciones de los meses, sino también los años bisiestos hasta un futuro lejano.
Los mecanismos de los calendarios perpetuos se conocen desde hace siglos, pero no llegaron a los relojes de pulsera hasta 1925, y nada más y nada menos que de la mano de Patek Philippe. Esto ocurrió cuando la manufactura volvió a insuflar vida a un calibre de 1898 que anteriormente pertenecía a un colgante de reloj para mujer. Patek lo trasladó a un reloj de pulsera que fue adquirido por un coleccionista americano.
Aun a día de hoy, es imposible imaginar las colecciones de esta tradicional empresa ginebrina sin calendarios perpetuos. No obstante, debido a su complejidad y percepción como gran complicación, junto con el tourbillon y el mecanismo de repetición, es costoso incluso para los estándares de Patek Philippe.

Parece obvio tratar de encontrar un compromiso entre las complicaciones de fecha simples y el calendario perpetuo en términos de esfuerzo y precio, pero este punto intermedio en forma de calendario anual apenas existe desde hace 30 años, cuando Patek Philippe lo presentó al mundo.
La historia de su aparición es tan racional y moderna como su ingeniosa construcción, que, a diferencia del calendario perpetuo, no emplea discos de levas de geometría complicada. Ya en la década de 1990, la marca apostó por la cooperación con instituciones académicas, y fue así como surgió el mecanismo que Patek patentó en 1994, en colaboración con una entidad educativa ginebrina.
Desde entonces, este célebre mecanismo se puede encontrar en innumerables relojes de Patek Philippe. Entre ellos hay modelos de estilo clásico, variantes del Nautilus, algunos representantes poco comunes de la línea Advanced Research y cronógrafos con calendario anual y función flyback.
Sus competidores también ofrecen relojes con calendario anual desde hace bastante tiempo, pero Patek Philippe sigue siendo el pionero y la marca más asociada a esta complicación.

Repeticiones de minutos
Desde sus inicios, Patek Philippe también ha sido inconcebible sin sus relojes con repetición, especialmente aquellos con repetición de horas, que anuncian la hora de manera musical cuando se desea. Cinco meses después de la fundación de la marca, se lanzó el primer reloj con sonería, un mecanismo de repetición de los cuartos de hora que indicaba con uno de los dos timbres las horas pasadas, y con el segundo los cuartos de hora transcurridos. Salvo por una breve interrupción (en comparación con la historia de la marca) en las décadas de 1960 y 1970, las repeticiones han formado parte de su catálogo hasta la fecha, aunque el foco se ha centrado en la repetición de minutos.
Esta constituye la evolución lógica de la repetición de cuartos de hora, y emplea tres timbres en lugar de dos. Las horas se marcan, como de costumbre, con el tono más grave, los cuartos de hora se señalan con un rápido tañido de ambos, y los minutos con el tono más agudo.

Patek Philippe introdujo su primer calibre propio con repetición de minutos en 1989; hasta entonces, se servía de proveedores de renombre.
Sin duda, la presentación del Grandmaster Chime con motivo del 175.º aniversario de la marca en el año 2014 supuso un hito en la historia de la repetición de minutos dentro de los relojes de pulsera. Se trata del reloj de pulsera más complejo que Patek Philippe jamás ha elaborado, con dos esferas y 20 complicaciones, entre ellas una pequeña y una gran sonería (que dan la hora por sí solas como un reloj de iglesia), así como, por supuesto, una repetición de minutos.

La familia Stern hace especial hincapié en la maestría que requiere la repetición, entre otras cosas, porque este complejísimo mecanismo es mucho más laborioso de confeccionar y ajustar que un tourbillon. Esto también se puede observar en el hecho de que, actualmente, se pueden adquirir relojes con tourbillon por algunos miles de euros, a veces incluso por cientos de euros, en el caso de relojes procedentes del Lejano Oriente. Por estos precios, sería imposible encontrar una repetición de minutos.
Además, esta gran complicación está envuelta en un aura de exclusividad y perfeccionismo debido a que el sonido de cada repetición es comprobado por Thierry Stern en persona antes de efectuar la entrega del reloj.
La repetición de minutos más innovadora del repertorio de la marca seguramente sea la referencia 1938P-001, cuya esfera está decorada con un retrato de Philippe Stern, presidente honorífico de Patek Philippe. Este modelo también cuenta con un modo de alarma que se puede ajustar para que suene a la hora deseada y utiliza los mismos timbres que la repetición.
Relojes de hora mundial
Los relojes de hora mundial, que no solo indican dos o tres husos horarios, sino todos a la vez, también gozan de una larga historia en el universo de Patek Philippe. La manufactura ginebrina ha logrado representar esta pequeña complicación, cuya complejidad no es nada del otro mundo, de una forma impresionante mediante espectaculares esferas esmaltadas o con guilloché de una gran calidad artística.
La complicación de hora mundial no fue inventada por Patek Philippe, pero contribuye decisivamente a la imagen mediática de la marca gracias a sus llamativos diseños. Los numerosos modelos de hora mundial ofrecen un claro contraste con la colección Nautilus, más bien sobria, y con las variantes del Calatrava, elegantes y minimalistas.
Entre los representantes más destacados de este tipo de relojes se encuentran los modelos con motivos de mapas mundiales en esmalte alveolado o cloisonné, empezando por la referencia 5131 de 2008 y su sucesora, la 5231 de 2019. La 5531 luce una ilustración del lago Lemán con esta misma técnica de esmalte, y su discreto pulsador deslizante a las 9 horas identifica asimismo su función de repetición de minutos. En la actualidad, los relojes de hora mundial con guilloché están representados por las referencias 7130 y 5930. Patek también ofrece relojes muy complicados con esta estética, en los cuales la función de hora mundial desempeña un papel secundario, como los cronógrafos flyback con las referencias 5930 y 5935.

La incorporación más reciente a la familia de relojes de hora mundial se lanzó en Watches and Wonders 2024. Inicialmente, se trataba de una edición limitada para conmemorar la gran exposición de Patek Philippe en Tokio en 2023, pero ahora se ha integrado en la colección y ofrece una auténtica innovación técnica. Su movimiento añade una C al nombre del conocido calibre 240 HU, que impulsa los relojes de hora mundial «sencillos» sin complicaciones adicionales. Con el 240 HU C, se agrega un indicador de fecha que está sincronizado con la función de hora mundial. Independientemente de si se cambia de día o no, la fina aguja sigue el ajuste del huso horario local a las doce horas. Esto es posible, entre otras cosas, gracias a un ingenioso mecanismo diferencial patentado en 2014 que se puede admirar en las animaciones 3D presentes en el sitio web de Patek Philippe.

Pero el repertorio de la marca no termina con las tres complicaciones presentadas. De hecho, podríamos hablar perfectamente de las 10 o incluso 20 mejores complicaciones de la historia de Patek Philippe. No obstante, los tres mecanismos seleccionados son los representantes más típicos de esta marca de larga tradición. Quién sabe, ¡quizá dediquemos otro artículo a otras creaciones complejas de la casa Patek Philippe en el futuro!