Es pequeño, muy delicado y gira sin cesar; así es el tourbillon. Pero, ¿cómo funciona y quién lo inventó? Como en los artículos anteriores de esta serie, responderemos a estas preguntas de un modo fácil de comprender.
¿Qué es un tourbillon?
En español, esta palabra francesa se puede traducir como «torbellino», pero poco tiene que ver con este fenómeno metereológico. El tourbillon es más bien un mecanismo de los relojes mecánicos que mejora su precisión. Compensa las desviaciones producidas por el efecto de la gravedad cada vez que cambia la posición del reloj. Puesto que no aporta ninguna función adicional, no se puede hablar de una complicación en el sentido estricto de la palabra. No obstante, es una muestra de haute horlogerie. Tan solo unos pocos fabricantes dominan esta obra maestra de la relojería tan difícil de manufacturar.
¿Cómo funciona un tourbillon?
Un tourbillon es básicamente una especie de jaula giratoria en la que se alojan el conjunto del volante y la espiral, la rueda de escape y el áncora. En la mayoría de los casos, esta jaula está conectada a la rueda del segundero, que es la que la impulsa. Puesto que la rueda del segundero normalmente completa un giro de 360 grados por minuto, el tourbillon también da una vuelta entera cada 60 segundos. Esta rotación compensa las desviaciones provocadas por los efectos gravitatorios, de manera que garantiza la mayor exactitud posible.
Historia del tourbillon
A finales del siglo XVIII, el reloj de bolsillo era un instrumento muy extendido. En aquella época apenas existían los relojes de pulsera, que no comenzaron a popularizarse hasta el siglo XX. Hasta entonces se utilizaban, pues, relojes de bolsillo, y la mayoría de los hombres los llevaba en el bolsillo del chaleco, es decir, en posición vertical. En este ángulo, la gravedad tiene un fuerte efecto sobre la precisión del reloj. Pero, ¿qué se podía hacer para dominar estas fluctuaciones?
Abraham Louis Breguet decidió abordar esta cuestión y desarrolló el tourbillon en 1795. Seis años después obtuvo la patente de su invento. Breguet es considerado un genio de la relojería por sus numerosas invenciones. También abasteció a varias casas reales europeas: entre sus clientes se encontraba el zar Nicolás I de Rusia, la reina María Antonieta de Francia y la reina de Nápoles, Caroline Murat.
Una idea, innumerables aplicaciones
Multitud de relojeros y manufacturas han modificado y perfeccionado el tourbillon a lo largo de los años. Una variante destacada es el denominado tourbillon volante, creado por Alfred Helwig en 1920. Este tipo de tourbillon prescinde del puente superior de la jaula y se apoya solamente en la parte inferior de esta.
El gyrotourbillon de Jaeger-LeCoultre es otra modificación moderna del tourbillon. La manufactura de Le Sentier presentó su primer reloj de pulsera con gyrotourbillon en 2004, y desde entonces ha desarrollado dos generaciones más de esta innovadora creación. A diferencia del tourbillon tradicional, su jaula gira en tres dimensiones, por lo que es capaz de compensar las desviaciones causadas por la gravedad en cualquier posición, ya sea en vertical, horizontal o diagonal.
Relojes especiales con tourbillon
Quien busque un reloj con tourbillon se encontrará ante el dilema de cuál de todos escoger. Casi todos los fabricantes de renombre cuentan con relojes con este pequeño «torbellino» dentro de su oferta: desde A. Lange & Söhne hasta Blancpain, pasando por Breguet e incluso TAG Heuer.
El reloj automático con tourbillon más plano que existe, en cualquier caso, pertenece a Bvlgari. El modelo Octo Finissimo Tourbillon, presentado en 2018, solo mide 3,95 mm de alto. El impresionante calibre BVL 288 se reduce a 1,95 mm. Con ello, la manufactura bate un triple récord mundial: el del reloj automático más fino, el reloj con tourbillon más fino y el reloj automático con tourbillon más fino. Bvlgari logra esta proeza colocando el tourbillon volante en un sistema especial de rodamiento de bolas. Además, emplea una masa oscilante periférica en el fondo de la caja. El diámetro de este reloj, que resiste al agua hasta los 30 metros, es de 42 mm. Si desea adquirir un Octo Finissimo Tourbillon Automatic, tendrá que apresurarse, pues la producción de este excepcional reloj está limitada a 50 ejemplares. La versión del Octo Finissimo con el calibre de cuerda manual BVL 268, presentada en 2017, es de 5,00 mm. Tan solo es 1,05 mm más alta que el Automatic, pero no por ello es más fácil de encontrar.
En comparación, el TAG Heuer Carrera ‘Tête de Vipère’ Chronograph Tourbillon Chronometer es mucho más voluminoso. Este reloj deportivo de 45 mm de grosor, por otra parte, es el cronógrafo con tourbillon más asequible del mundo: un ejemplar de esta edición limitada de 155 relojes no llega a los 20.000 euros. La precisión de este modelo está certificada por el Observatorio de Besançon, en Francia. Desde 2006, este observatorio solamente ha galardonado a unos 500 relojes con el sello de calidad «Tête de Vipère».
Otro interesante reloj con tourbillon es el Panerai Lo Scienziato Luminor 1950 Tourbillon GMT Titanio. A diferencia de la mayoría de relojes con este «torbellino», en este caso el volante no gira en vertical, sino en horizontal. Gracias a sus tres barriletes, la reserva de marcha de este reloj de cuerda manual alcanza los 6 días. En la parte trasera del calibre P.2005 se aloja el indicador de la reserva de marcha. Este reloj de Panerai también dispone de un indicador de día y noche y una segunda aguja de la hora central que señala la hora en otra zona horaria. La caja de este modelo de 47 mm está fabricada en titanio, por lo que es particularmente ligera. Esta edición especial está dedicada a Galileo Galilei y solo cuenta con 150 ejemplares.
El Benu Tourbillon de Moritz Grossmann es un reloj de lo más particular, pues está provisto de un mecanismo de parada del segundero elaborado con auténtico pelo humano, que garantiza la máxima precisión posible de la aguja. Un pequeño cepillo frena cuidadosamente el aro del volante, con lo que detiene el mecanismo. Este reloj también destaca por su jaula de 16 mm, que tarda tres minutos enteros en dar una vuelta completa. La variante de oro blanco con esfera negra está limitada a 10 ejemplares, por lo que es particularmente rara.
¿Sigue siendo actual el tourbillon?
Puesto que originariamente el pequeño «torbellino» se inventó para los relojes de bolsillo, es inevitable preguntarse si la existencia del tourbillon todavía tiene sentido en los relojes de pulsera actuales. Al fin y al cabo, casi nadie lleva el reloj en posición vertical en el bolsillo del pantalón o de la chaqueta, y los chalecos ya no suelen formar parte del atuendo habitual de la mayoría de los hombres.
La muñeca cambia de posición constantemente, por lo que el efecto de la gravedad en el volante de un reloj de pulsera siempre es diferente. Por este motivo, el Gyrotourbillon de Jaeger-LeCoultre parece ser la solución ideal para alcanzar la máxima precisión posible.
No obstante, también existen otros fabricantes con relojes ultraprecisos en su catálogo sin necesidad de apostar por el tourbillon. Los movimientos de Rolex, Omega o Grand Seiko se consideran extremadamente exactos gracias a su perfecta labor de manufactura, su avanzada tecnología, y al uso de materiales modernos.
Así que no es necesario incluir un tourbillon para desarrollar un reloj preciso, si bien siempre resulta un verdadero placer observar esta invención en funcionamiento. A fin de cuentas, el tourbillon es y será una obra maestra de la haute horlogerie.
Lea más artículos de esta serie:
¿Qué es un cronógrafo y cómo funciona?
¿Cuál es la diferencia entre los relojes de cuarzo y los mecánicos?
