Rolex es sin duda el nombre más importante en el mundo de la relojería. Y nos encanta hablar del impacto de la marca, de la historia de los distintos modelos y del rendimiento económico de sus diferentes relojes. En este artículo, voy a hablar de qué es lo que hace que el diseño de los distintos relojes Rolex sea tan atractivo a los ojos de tantos entusiastas. Me centraré específicamente en algunos de los modelos deportivos de la marca ginebrina. Los relojes deportivos Rolex han definido nuestra forma actual de ver los relojes. ¿Por qué enamoran tanto? ¿Y por qué seguimos considerando como estándar un diseño que se creó hace siete décadas? Sumerjámonos en la magia del diseño Rolex.
La forma sigue a la función
El diseño de los relojes deportivos Rolex comenzó con una serie de problemas prácticos que debían resolverse mediante el diseño, más que con el deseo de crear relojes de aspecto extraordinario. Rolex tuvo que descifrar las respuestas a una serie de cuestiones prácticas relacionadas con su época, debido a la aparición de nuevas aficiones y actividades. La primera fue el submarinismo en la década de 1950. El submarinismo experimentó un increíble aumento de popularidad durante este periodo, tanto a nivel profesional como recreativo. Este enorme aumento de popularidad provocó una explosión de marcas de relojes para este fin. Aunque Rolex no fue la primera en introducir un reloj de buceo «moderno» tal y como lo conocemos hoy en día, ese honor recae en el Blancpain Fifty Fathoms, con el Rolex Submariner que se presentó poco después, la marca acabaría definiendo la categoría tal y como la conocemos en la actualidad. Este modelo se enfrentó a ciertos problemas prácticos: cómo crear un reloj que fuera esencialmente una herramienta de buceo que ayudara a la persona que lo llevaba a controlar el tiempo de inmersión que le quedaba. La respuesta llegó en forma del bisel de buceo de 60 minutos, el mismo que todavía hoy adorna innumerables relojes.
Del Rolex Submariner al GMT-Master
Otro reloj que resolvió un problema práctico fue el Rolex GMT-Master, presentado en 1954. Con el crecimiento de la aviación a nivel mundial, la marca tuvo que encontrar una respuesta a la pregunta de cómo los pilotos de Pan Am podían seguir la hora local y la hora de origen. La respuesta llegó con el Rolex GMT-Master ref. 6542, que incorporaba una aguja GMT adicional junto con un bisel de 24 horas para indicar un segundo huso horario. Además, para facilitar la comprensión, Rolex presentó un diseño en el cual la mitad del bisel sería azul e indicaría las horas nocturnas y la otra mitad sería roja e indicaría las diurnas. El reloj acabó matando dos pájaros de un tiro, solucionaba el tema de cómo indicar la hora en dos husos horarios, a la vez que presentaba un diseño muy innovador y colorido. El modelo se convirtió, sin duda, en todo un icono con una gran historia detrás.
El Rolex Explorer es otro ejemplo perfecto
El tercer y último ejemplo que quiero comentar es el Rolex Explorer. La carrera por conquistar los picos más altos del mundo alcanzó su punto álgido a principios y mediados de la década de 1950. Para que se haga una idea, los trece picos más altos del mundo se alcanzaron entre 1950 y 1960, y doce de ellos entre 1953 y 1960. Como probablemente sepa, el más alto de ellos, el Everest, fue coronado en 1953 por Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay. Aunque se ha debatido mucho sobre qué reloj fue exactamente el primero en ver la cima del Everest —una discusión en la que no voy a entrar—, se sabe que tanto Hillary como Norgay llevaban relojes Rolex, posiblemente hasta la cima. Y justo después de que ambos hombres regresaran de su desafío, Rolex presentó el Rolex Explorer. La marca, por tanto, aprovechó el gran hito de alcanzar el pico más alto del planeta para demostrar que los relojes Rolex podían soportar plenamente las condiciones más extremas. La firma ginebrina introdujo la icónica esfera 3, 6 y 9 del Explorer para lograr la máxima legibilidad, incluso en las condiciones más difíciles. Siete décadas después, la esfera sigue siendo el ejemplo perfecto de un diseño brillante que es a la vez inmediatamente reconocible y muy funcional.
La importancia de la época
Lo más destacable de esta historia es que todos estos relojes se diseñaron a principios de la década de 1950. Así pues, Rolex no solo tuvo que superar muchos retos con sus nuevos relojes, sino que sus diseñadores también tuvieron que encontrar un estilo de diseño que fuera reconocible al instante como un Rolex. En el fondo, esto es más fácil de abordar cuando se asumen varios retos al mismo tiempo: los diseñadores de Rolex tuvieron la oportunidad de sincronizar un tipo de estilo en varios modelos, un estilo que se convirtió no solo en el modelo de los relojes deportivos de la marca, sino en el estándar de toda la industria durante décadas.
Si nos fijamos en el diseño de cada uno de los modelos, destaca el hecho de que los diseñadores de Rolex consiguieron el equilibrio perfecto entre la creación de diseños nuevos y revolucionarios gracias a la forma en que abordaban los problemas prácticos, y la sensación de intimidad y familiaridad. La sencillez de las soluciones en cuanto al diseño tenía mucha lógica. Y mirándolas en retrospectiva, lo siguen teniendo; tanto que contribuyó a convertirlas en el estándar de la industria. Lo interesante es que estos nuevos modelos deportivos de Rolex no se convirtieron en éxitos comerciales de la noche a la mañana. En una época en la que la mayoría de la gente seguía llevando pequeños relojes de vestir, estos nuevos relojes herramienta necesitaron sin duda tiempo para encontrar un público más amplio. Y no olvidemos que los tres relojes de los que hablamos aquí se crearon, ante todo, para buceadores, pilotos y alpinistas profesionales. Utilizaban estos relojes herramienta para su trabajo, lo que constituía la prueba definitiva de que los relojes Rolex eran espectaculares tanto en términos de tecnología como de diseño.
La clave está en la constancia
Tras la introducción de los primeros relojes deportivos Rolex en la década de 1950, siguieron más modelos del mismo estilo. Después del lanzamiento del Explorer y el Submariner en 1953, y el GMT-Master en 1954, el siguiente gran reloj deportivo fue el icónico Rolex Cosmograph Daytona en 1963, seguido por el Rolex Sea-Dweller y el Explorer II en 1971. En los largos años transcurridos entre estos estrenos, Rolex no perdió el tiempo: durante ese tiempo actualizó el Submariner, el GMT-Master y el Explorer. Y no olvidemos que la marca también presentó el Rolex Day-Date en 1956, un nuevo modelo no deportivo que desde entonces también se ha convertido en un icono de la industria.
Además de acertar de pleno en términos de diseño con sus relojes deportivos, Rolex hizo otra cosa muy bien que convirtió a sus modelos en únicos en el mundo de la relojería. En lugar de tomar las influencias del diseño de los años 60 y 70 e incorporarlas a sus relojes, el fabricante ginebrino decidió actualizar sus relojes poco a poco, de manera gradual. Cada actualización era un ejercicio cuidadosamente ejecutado que tomaba el diseño inicial y lo perfeccionaba tomando referencias de la época en la que había sido lanzado. Mientras que otras marcas tendían a utilizar las influencias del diseño de la época para crear nuevos y atrevidos diseños típicos del momento, Rolex eligió el camino de la coherencia y la apuesta clara por sus propios diseños, un enfoque único que resultó ser la clave del éxito de la marca.
El diseño de los modelos deportivos Rolex en la actualidad
Todos los modelos icónicos de la marca tienen una larga historia que incluye pequeñas pero siempre relevantes actualizaciones en sus diseños. Al incorporar detalles inspirados en cada nueva era a sus diseños clásicos, Rolex se asegura de que el ADN de sus modelos deportivos icónicos siga vivo. Esta es la razón por la que el actual Rolex Submariner tiene un vínculo visual directo con el modelo que se presentó por primera vez en 1954; todos los Submariner desde entonces han tenido el aspecto de, efectivamente, un Submariner.
En los últimos años, las mayores actualizaciones de Rolex han llegado en forma de nuevos materiales. El de mayor impacto (en mi opinión) han sido los biseles de cerámica, mucho más resistentes que sus predecesores de aluminio. También son menos propensos a procesos de decoloración. Aunque algunas personas (como yo) echan de menos el encanto de los modelos antiguos, las actualizaciones tienen todo el sentido en términos de robustez y durabilidad. Además, con su persistencia en el diseño, la herencia de estos relojes garantiza que la incorporación de aspectos actualizados y nuevos materiales nunca sea un problema. Para mí, la estrategia de diseño que Rolex ha desplegado a lo largo de los años y la correspondiente apuesta por sus modelos es una de las razones más significativas del éxito de la marca, que contribuye a mantener a Rolex en lo más alto como el número 1 en el mundo de la relojería actual.