Victoria o derrota, ganar o perder, muchas cosas se deciden en una fracción de segundo. No hay duda de que es precisamente en esos momentos cuando se necesita un reloj de alta precisión. ¿Y dónde se crean estos portentos más que en Suiza? Aquí, en La Chaux-de-Fond, en el Alto Jura, se encuentra la sede de la marca de relojes conocida en todo el mundo por su relojería de precisión y sus cronógrafos con estatus de culto: estamos hablando, por supuesto, de TAG Heuer.
Las raíces de la empresa se remontan a 1860, cuando Edouard Heuer, hijo de un zapatero, fundó su fábrica de relojes Heuer en Saint-Imier, con solo 20 años. Su visión: hacer la producción de cronógrafos más simple, más eficiente y por lo tanto más barata. La solución llegaría simplificando cómo se acoplaba el mecanismo del cronógrafo: se creó así el mecanismo oscilante desarrollado por Heuer y patentado en 1887. Esto no solo sentó las bases de los primeros cronógrafos producidos en serie, sino también de otras innovaciones y del futuro éxito de la marca.
Los numerosos éxitos de Heuer incluyen el desarrollo del primer cronómetro mecánico que podía medir el tiempo hasta una centésima de segundo. El nombre de Heuer pronto se convirtió en sinónimo de precisión y fiabilidad. Esto se tradujo en prestigiosas apariciones en eventos deportivos en todo el mundo, por ejemplo como cronometrador oficial de los Juegos Olímpicos de 1920, 1924 y 1928. Unos años más tarde, Heuer tuvo que ganar su propia carrera: la de desarrollar el primer cronógrafo automático. El desafío era superar a los igualmente renombrados competidores Seiko y Zenith. ¿Cómo resultó esta carrera contrarreloj? Lo puede averiguar en nuestro artículo sobre el 50 aniversario del cronógrafo automático.
Mucha gente piensa en Omega cuando escuchan las palabras «reloj del espacio», pero Heuer sale de la sombra de esa marca de relojes suizos con el cronómetro 2915A, que fue el primer reloj suizo en ir al espacio, como parte del equipo de John Glenn, el primer estadounidense en circunnavegar la tierra en exactamente 4 horas y 56 minutos.
A esto le siguió una época que influiría decisivamente en la gama de productos de Heuer hasta el día de hoy. Modelos como el Heuer Autavia, el Carrera o el Monaco se han convertido en presencia constante sobre las muñecas de pilotos, deportistas y celebridades audaces, y pasan así a la historia de la relojería como iconos. Pero la crisis del cuarzo en los años 70 y 80 también dejó su marca en Heuer; este y otros factores económicos llevaron a que la empresa fuera adquirida por el Grupo TAG (Techniques d’Avant Garde) en 1985. Un miembro de la familia Heuer ha estado al mando de la empresa durante cuatro generaciones, más recientemente el bisnieto de Edouard, Jack Heuer. Como resultado de la compra, el nombre de la marca pasó a ser TAG Heuer. Después de salir a bolsa en los años 90, la compañía fue adquirida de nuevo por el grupo de bienes de lujo LVMH en 1999, con Jean-Claude Biver como director general.
Un último vistazo a las cifras de ventas de TAG Heuer para 2019 revela que los iconos ya mencionados son también los modelos que más cambian de manos en Chrono24. El Heuer Carrera, llamado así por la desacreditada carrera de automovilística de México, está en la cima con el 30 %. Le siguen el Aquaracer (25 %) y el Formula 1 (21 %), mientras que el Monaco todavía tiene alrededor del 12 % de las ventas de TAG Heuer. La mayoría de los relojes de la marca vendidos el año pasado fueron a Alemania (20 %). Sin embargo, los lujosos relojes de este fabricante también son muy populares en los EE. UU. (12 %) y Francia (9 %).
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