Hay marcas últimamente que resultan dulcemente peligrosas. Porque, aunque sepa racionalmente que no necesita comprar un reloj nuevo, existe el peligro de que estas marcas presenten un reloj al que simplemente no pueda resistirse. ¡Eso es lo que siento por Tudor!
Más allá del Black Bay 58 ¿Es el Black Bay 54 el mejor Black Bay de la historia?
En los últimos años, Tudor ha hecho gala de una velocidad y una creatividad increíbles capaces de sacarnos literalmente el dinero del bolsillo. También este año, la filial de Rolex se está luciendo con nuevos modelos, entre ellos el sorprendente Tudor Black Bay 54, un reloj inspirado en el clásico de 1954, referencia 7922.
Tudor no solo continúa escuchando a la comunidad y continúa con la reducción de tamaño, sino que la orientación vintage también se ve reforzada con este modelo. De 41 mm a 39 mm con el Black Bay 58, ahora sigue un reloj de buceo unisex con un diámetro de unos compactos 37 mm. Pero, ¿qué más distingue a este lanzamiento sorpresa del popular Black Bay 58? ¿Puede el 54 sustituirlo como el Tudor más popular? Echemos un vistazo a las demás diferencias.
Black Bay 58 vs. Black Bay 54: aspecto y tacto
Tudor solo ha modificado ligeramente las dimensiones de las asas. La anchura se reduce de 47 a 46 mm. Pero lo notable es que han reelaborado la caja y la han hecho más estrecha. Esto confiere al reloj un ajuste en la muñeca que ya no puede compararse con el Black Bays de 41 mm. E incluso comparado con el 58, el 54 es ahora aún más cómodo de llevar. En cifras, tenemos 14.5 mm frente a los 13.5 mm actuales. En conjunto, la caja del 54 tiene una forma más acolchada, mientras que la del 58 parece más redonda.
Llama la atención que el Black Bay 54 tiene una corona mucho más pequeña que está más cerca de la caja. Una ventaja para la comodidad de uso, pero a primera vista y prueba resulta algo más molesta a la hora de ajustar el reloj, ya que falta algo de agarre.
Llama la atención que Tudor no escatime en cambiar los matices de color del brazalete de acero inoxidable, pasando de un acero más oscuro a otro más claro. También el bisel parece más atractivo y minimalista gracias a la omisión de los índices dorados y a un negro mate. La marca plateada en lugar de roja de la cuenta luminosa a las 12 horas también queda muy bien. El 54 se acerca así mucho a la referencia original de 1954.
Lo que puede no gustar a algunos entusiastas es la ausencia de marcas de índices, las llamadas hashmarks, entre las 0 y las 15 minutos. Como puede ver, también intento encontrar posibles puntos de crítica.
Lo que creo que Tudor también podría haber mejorado es el brazalete. Por supuesto, ahora tenemos el ajuste rápido, llamado «T-Fit» por Tudor, pero para mi gusto, la correa se habría beneficiado de la desaparición de los remaches visibles. Eso habría hecho que el 54 pareciera aún más fino. Una lástima. Pero es cuestión de gustos. La actualización de la correa va acompañada de una nueva hebilla. Es un poco más alargada y estrecha, lo que resulta muy cómoda en mi muñeca de 17 cm, y muy cerca del nivel de Rolex. ¡Bravo, Tudor!
Tudor Black Bay 54: ¡tentador y disponible!
Sin embargo, lo que me parece de nuevo muy acertado es el cambio del segundero «snowflake» al «lollipop». Ambas agujas se han vuelto ligeramente más finas, lo que se adapta muy bien a las proporciones del reloj. Las agujas están ahora impulsadas por el calibre MT5400, en lugar del MT5402. Así pues, la certificación COSC y la reserva de marcha de 70 h permanecen inalteradas.
Una prueba más de lo inteligente que es Tudor con su negocio es que el reloj puede adquirirse inmediatamente en las boutiques. Tudor incluso montó una tienda pop-up en Watches and Wonders, invitando a la gente a comprar. Así, Tudor está seguro de captar algunos clientes que se hayan hartado de los largos tiempos de espera y la difícil disponibilidad de otros fabricantes. Una de las razones es sin duda la nueva manufactura, que Tudor anuncia a bombo y platillo. Al parecer, ¡Tudor sabe lo que hace!
En este punto, recordemos a IWC, que tuvo que soportar muchas críticas por la disponibilidad del nuevo Ingenieur.
Mi conclusión
En definitiva, el Tudor Black Bay 54 es, en mi opinión, una novedad grandiosa y una pieza (algo) redonda que no solo satisfará, sino que avivará aún más el hambre de los aficionados a los relojes de buceo vintage modernos. Tudor lo consigue con una cierta sencillez que, al más puro estilo Rolex, aporta al reloj las mejoras que necesitaba. Personalmente, intentaré hacerme con el 54 con la correa de caucho, ya que no es para sustituir a mi Black Bay 58, ¡sino para complementarlo!
Por cierto, aquí puede leer más sobre los lanzamientos de Tudor de 2023.