Nunca olvidaré mi primer encuentro con el Ulysse Nardin Freak. Fue, como mínimo, diferente. El reloj no era lo que yo entendía por un reloj clásico. Me pareció que le faltaban muchas cosas y, sin embargo, al mismo tiempo había muchas cosas que me fascinaban. Con el tiempo, me fui familiarizando cada vez más con la marca Ulysse Nardin y, por tanto, con el Freak. De una cosa estoy segura: me encanta este reloj. En este artículo, analizaré más de cerca el Freak: qué lo hace tan maravillosamente diferente y por qué lo considero no solo uno de los relojes más chiflados, sino también uno de los más notables de todos los tiempos.
La historia del Ulysse Nardin
Ulysse Nardin cuenta con una larga historia. Fue fundada en 1846 por el relojero del mismo nombre en Le Locle, Suiza. Esta fábrica de relojes pronto se especializó en cronómetros marinos. El ancla que aparece en el logotipo de la empresa sigue recordando estos orígenes. Pero los relojes de bolsillo con diversas complicaciones, como fase lunar o calendario perpetuo, también formaban parte de su gama en aquella época. Y en 1936, con motivo de los Juegos Olímpicos, se alcanzó otro hito: ¡se lanzó un cronógrafo automático de acero inoxidable! A la vista de estos hechos, creo que es justo decir que Ulysse Nardin siempre se ha adelantado a los tiempos.
La crisis del cuarzo golpeó duramente al fabricante, amenazando incluso con la insolvencia en los años ochenta. Sin embargo, bajo una nueva dirección, se inició una reconstrucción sin precedentes. Se recuperaron los valores de la empresa y se volvieron a fabricar relojes relacionados con el universo marino o que destacaban por sus características especiales. Desde relojes de vestir clásicos hasta relojes de buceo deportivos y cronógrafos especiales para marineros; había de todo. No obstante, el campanazo se dio cuando el primer Freak vio la luz en 2001, un modelo con el que todo el mundo quedó fascinado. Como su nombre indica, era un ejemplar simplemente muy freak, es decir, insólito, cautivador y revolucionario; realmente muy especial.
Ulysse Nardin Freak: el concepto
Si le pregunto cuál es la esencia de un reloj, probablemente me dirá que es el calibre, en vez de la esfera o las agujas. El calibre es un elemento invisible en la mayoría de los relojes. No obstante, esto no sucede en el caso del Freak. Con este modelo, Ulysse Nardin deconstruye por completo el reloj y la manera de dar la hora, utilizando el calibre para ello y prescindiendo de las agujas. Así pues, el propio movimiento es el que muestra los minutos, mientras que la aguja de las horas se sustituye por una pequeña flecha en un disco giratorio. Por extraño que esto pueda sonar y parecer a primera vista, la lectura del reloj es fácil una vez puesto en la muñeca.
Por supuesto, la ausencia de agujas implica la ausencia de otros elementos esenciales. Es el caso, en particular, de la corona, sustituida por un sistema para ajustar la hora integrado en el bisel y un mecanismo de cuerda alojado en el fondo de la caja. El Freak tampoco tiene esfera en el sentido habitual del término, que ha perdido su función. Todo el reloj actúa como una platina. Solo quedan, por tanto, la caja y el calibre, reduciendo el reloj a su forma más simple. Sin embargo, este modelo dista mucho de ser minimalista, y su sofisticado calibre es todo un reclamo. El arte relojero está claramente en el corazón de este reloj. Un modelo, que sin duda nos invita a replantearnos nuestra concepción de los relojes.
100 % Freak: una revolución técnica
El primer uso del silicio, un material hoy indispensable en la alta relojería, marcó la pauta para toda la industria relojera. Esta materia prima es antimagnética, extremadamente estable y, al mismo tiempo, ligera, por lo que resulta ideal para la fabricación de movimientos relojeros. Gracias a una técnica especial, las piezas micromecánicas más precisas pueden fabricarse con silicio. Otra ventaja: no necesitan lubricación para funcionar. Un sueño para cualquier relojero. Dado que el Freak no oculta su movimiento bajo una esfera, sino que lo convierte en la estrella del espectáculo, su tecnología de vanguardia puede ser admirada siempre. Las piezas de silicona azulada no solo son mecánicamente revolucionarias, sino también estéticamente muy atractivas.
Por supuesto, todos los calibres utilizados son igualmente revolucionarios. El corazón de cada modelo es un oscilador único que acciona el carrusel volante y sirve también de aguja. E independientemente de que sea más elaborado, por ejemplo con un tourbillon, o de diseño minimalista: el arte relojero, así como la fascinación que se siente al ver la estructura única del calibre siguen siendo el centro de atención.
Ulysse Nardin Freak: ¿un reloj de alta gama?
Aunque es fácil enamorarse de la idea del Freak, muchos amantes de los relojes se resisten a comprarlo. No solo porque su diseño único y llamativo puede llegar a ser demasiado extravagante para algunas situaciones y personas, sino también por el precio. No obstante, para estos indecisos, existe una versión más adecuada para el día a día: el Freak X. Aunque este modelo también incluye el movimiento giratorio que da la hora, es más sobrio en diseño y menos caro. Además, con un diámetro de 43 mm, es más accesible para algunas personas que los ejemplares más grandes. A diferencia del Freak original, también tiene corona, lo que facilita el ajuste de la hora. Se puede decir que combina lo mejor del Freak clásico con todo lo que necesitamos para el día a día.
Como suele ocurrir, no hay límites en cuanto al precio. La colección Freak Diavolo, por ejemplo, incluye modelos con tourbillon que son simplemente magníficos. El precio de estos modelos comienza en torno a los 100 000 €, pero sin duda obtendrá un reloj insuperable. El Freak S también pertenece a una clase propia: presenta un calibre que recuerda a un cohete que parece girar sobre un cielo estrellado. Así que si no tiene límites, entonces el Freak S podría ser perfecto para usted. Si realmente busca un reloj que le permita afirmar su pasión por la relojería, le recomiendo que eche un vistazo a las distintas colecciones Freak, tan únicas y múltiples como nosotros.
Resumen
Con el Freak, Ulysse Nardin ha conseguido sencillamente deconstruir el concepto de reloj. Ya solo por eso merece la pena echar un vistazo al catálogo de la marca. Porque la cuestión no es tanto si le gusta tal o cual modelo o si se plantearía comprarlo. No, el Freak nos obliga a preguntarnos cuál es la esencia de un reloj y, por tanto, también qué es lo que nos fascina de ellos. Es una invitación a filosofar sobre la relojería, el tiempo y la esencia de las cosas, así como a un compromiso nuevo y diferente con nuestra pasión.
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