Casi ninguna otra marca es tan famosa por sus relojes de aviador como IWC. Por eso queremos echar un vistazo a la historia de su colección Mark, que incluía relojes de piloto desarrollados por ingenieros para pilotos y que, aunque se centraban en la tecnología, eran capaces de inspirar con su legendario diseño.
El nacimiento de la serie Mark
Cuando en 1948 el gobierno británico sacó a concurso relojes para los pilotos de la Royal Air Force, IWC desarrolló un reloj muy especial: el Mark XI. Los primeros modelos se entregaron ya en 1949. La popularidad de estos relojes puede reconocerse fácilmente por el hecho de que permanecieron en servicio hasta 1981, sirviendo no solo a los pilotos de la Royal Air Force sino también a otras fuerzas de la Commonwealth.
El Mark XI refleja claramente el ADN de IWC: es un reloj creado por ingenieros y reducido a lo esencial que alcanza la perfección absoluta. Una esfera negra con índices blancos luminiscentes y el clásico triángulo de piloto en las doce garantizan una legibilidad óptima en todas las condiciones de iluminación. Una jaula de hierro suave en el interior protege el reloj de las influencias magnéticas. Sería sencillo subestimar este reloj, pero precisamente por ello y gracias a su perfecta adecuación a la vida cotidiana de los pilotos, se convirtió en toda una declaración de intenciones. Especialmente en una época en la que la estética de los relojes tendía a provenir del ámbito artístico, este enfoque en la tecnología del reloj fue un planteamiento notable.
Mark XII
A principios de la década de 1990, esta serie de relojes permaneció sin novedades durante un breve periodo. El Mark XI ya no equipaba a la Royal Air Force y, por lo tanto, era menos visible para el gran público. De hecho, durante unos años, este reloj parecía haber desaparecido de la memoria colectiva. Algunas personas llegaron a pensar que era el fin de los relojes Mark. Pero pronto se convencieron de lo contrario.
En 1994, el regreso del Mark XII fue muy celebrado. Cercano al original, pero aún más adecuado para el uso diario e intemporal. En lugar de plexiglás, utilizaba cristal de zafiro, un movimiento Jaeger-LeCoultre impulsaba el reloj y tenía indicación de fecha. El reloj también estaba disponible por primera vez con un brazalete de acero, lo que no hacía sino aumentar su factor de frescura. El reloj había dado claramente el salto desde la cabina y se había convertido en un reloj informal de uso diario.
Mark XIII y XIV
¿Se pregunta por qué no ha visto nunca un Mark XIII o XIV? Es fácil de explicar. Estos números de modelo nunca existieron. En su lugar, dieron un salto del Mark XII al Mark XV porque no querían utilizar los números 13, que en occidente se considera de mala suerte, y 14, que se considera de mala suerte en los países asiáticos. Aunque estos relojes se caracterizan por su espíritu racional, no hay nada malo en evitar la superstición de los números de la mala suerte.
Mark XV a XVIII
En los años siguientes, salieron al mercado nuevas versiones de los relojes de aviador Mark. Los cambios fueron siempre muy sutiles y elegantes. El más notable fue sin duda que el diámetro del reloj aumentó de 36 mm a 40 mm. De repente, esta colección de relojes también se volvió interesante para los coleccionistas, ya que algunos de los populares modelos «Le Petit Prince» también estaban disponibles en la serie Mark. Estos no solo se caracterizaban por su bonita esfera azul, sino también por las representaciones del Principito en el fondo de la caja. Además, siempre hubo modelos especiales en la serie Anthony de Saint-Exupéry, todos con una esfera marrón oscuro que desprende un encanto muy especial. Por supuesto, ya no se trata de los clásicos relojes de piloto con esfera negra. Pero son bellos homenajes a la fascinación de volar y a los inicios de la aviación.
Mark XX
Cuando se lanzó el Mark XX en 2022, se hizo en consonancia con la colección: la atención se centró en la tecnología más que en la campaña de marketing. En lugar de testimonios en carteles, se presentaron a la gente en las boutiques IWC, y así fue posible probarlos directamente.
Sí, el Mark XX apareció de repente, y era todo lo que esperábamos. Solo un sutil ajuste visual, un poco más fino y ergonómicamente adaptado a la muñeca. Técnicamente impresionante, porque estaba equipado con un movimiento de manufactura con una buena reserva de marcha de cinco días y la máxima precisión. El espíritu ingeniero de IWC ha hecho que este reloj sea realmente apto para el futuro.
Resumen
Hay muchas buenas razones para llevar un reloj de aviador Mark. Realmente combina todos los aspectos que son importantes para nosotros, los entusiastas de los relojes: estética, tecnología, historia, portabilidad… y a buen precio. Para mí, sin embargo, hay dos aspectos en particular que me hacen echar mano de mi Mark XX una y otra vez. En primer lugar, se adapta cómodamente a la muñeca a pesar de su tamaño. En segundo lugar, es un reloj que habla claro. Mientras que un Big Pilot para hombre parte de un diámetro de 43 a 45 mm, como mujer puedo recurrir a un reloj de piloto con un diámetro de 40 mm y conseguir el mismo efecto.
Queda muy bien con un atuendo deportivo y acentúa su carácter. Crea un interesante contraste con ropa elegante y especialmente con un look de oficina. Discreto y, sin embargo, llama la atención. Una apuesta por arriesgarse y seguir teniendo estilo. No sabría decir si es el aire de libertad o el toque de conciencia de la moda que le rodea. Lo único que puedo decir con seguridad es que me acompaña a menudo y me ha hecho recibir más cumplidos que ningún otro reloj de mi colección.
