Breitling y Omega son dos de las mayores marcas de relojes de lujo del mundo. Las dos cuentan con una rica historia que se remonta al siglo XIX y son muy apreciadas entre los entusiastas y coleccionistas, pero existen diferencias considerables entre ambas. Echemos un vistazo más de cerca a lo que diferencia a estas marcas.
Historia de la marca
Breitling fue fundado en 1884 por Léon Breitling en Saint-Imier, Suiza. Desde sus inicios, Breitling ha jugado un papel esencial en el desarrollo de los cronógrafos que conocemos en la actualidad. El Chronomat, Navitimer, Premier y Superocean son algunos de los modelos más famosos de la colección de esta manufactura, y todos ellos datan de las décadas de 1940 y 1950. El hecho de que estos relojes sigan formando parte del catálogo de Breitling dice mucho sobre el legado de la marca. Este es un gran motivo por el que Breitling es uno de los principales actores de la industria.
Omega se fundó en 1848 por Louis Brandt en La Chaux-de-Fonds, Suiza. Desde el primer día, la prioridad de este relojero fue crear relojes de alta precisión. La famosa trilogía de Omega de 1957 formada por el Speedmaster, el Seamaster 300 y el Railmaster cambió la historia de la marca para siempre. Y, cuando Buzz Aldrin holló la superficie lunar el 20 de julio de 1969 con un Speedmaster en la muñeca, nació el «Moonwatch». Hoy en día, los nombres Speedmaster, Seamaster, Constellation y De Ville continúan formando parte de la amplia colección de la manufactura. Además, Omega colabora con James Bond y los Juegos Olímpicos, lo que la convierte en uno de los mayores nombres de la relojería de lujo.
Colecciones y modelos de relojes
Tanto Breitling como Omega poseen colecciones muy amplias con un gran número de opciones diferentes disponibles. Las líneas más importantes del catálogo de Breitling son la Navitimer, Chronomat, Premier y Superocean. Todas estas familias de modelos ofrecen diversos tamaños, colores de esfera y complicaciones, por lo que hay un reloj para cada persona. A nivel personal, mi favorito es el Chronomat B01 42, una magnífica versión moderna del Chronomat de 1989, con su característico bisel con cuatro agarres y brazalete Rouleaux. También destaca la resucitada colección Top Time. Me encantaría tener una reinterpretación moderna de mi Breitling vintage favorito: el Top Time ref. 810.
A primera vista, la colección de Omega parece más concisa, con solo cuatro familias de productos. No obstante, si investiga un poco, enseguida descubrirá que las líneas Speedmaster, Seamaster, Constellation y De Ville tienen mucho más que ofrecer. La Constellation contiene dos subcolecciones, mientras que la Seamaster y la De Ville constan de cuatro subcolecciones cada una, y la Speedmaster tiene seis. La más icónica es, sin duda, la Moonwatch, que forma parte de la familia Speedmaster. Otras subcolecciones populares son la Seamaster Diver 300M, la Seamaster Aqua Terra y la Speedmaster Heritage. En cuanto a los modelos individuales, mis favoritos son el Seamaster Ploprof 1200M Summer Blue, el Speedmaster Calibre 321 «Ed White» y el actual Speedmaster Moonwatch.
Si los ponemos frente a frente, podemos decir con seguridad que Breitling es la marca de los cronógrafos, lo cual tiene sentido, dado que jugó un papel esencial en el desarrollo de esta categoría. La familia Superocean de la manufactura, sin embargo, aporta un buen número de opciones de buceo. El catálogo de Omega está más equilibrado: ofrece cronógrafos con la línea Speedmaster y relojes de buceo con la Seamaster. Las líneas Constellation y De Ville añaden a la gama modelos elegantes y con estilo. Lo que destaca de las dos marcas es el gran número de variantes de modelos y colores, que genera colecciones muy amplias.
Breitling contra Omega: estilo y diseño
Breitling siempre ha sido conocida por sus diseños robustos y voluminosos, que ofrecen lo último en cuestión de funcionalidad y utilidad. Pero, desde que el CEO actual Georges Kern tomó las riendas de la empresa, el enfoque se ha centrado en el pasado, con reediciones de modelos históricos muy precisas, versiones modernas de antiguos clásicos y la adición de relojes de menor tamaño a la colección. Como resultado, su catálogo parece más equilibrado y ofrece numerosos estilos: se inspira en la década de 1940 con el Premier, en los años 50 con el Navitimer y el Superocean Heritage, en los 70 con el Superocean y en los 80 con el Chronomat. Esta diversidad garantiza que haya relojes para todos los gustos.
La colección de Omega también se inspira en diferentes épocas de la historia de la marca, pero hay una gran diferencia: mientras que el Speedmaster original salió al mercado en 1957, la amplia variedad de Speedmasters actual toma su inspiración de diferentes momentos del pasado de este modelo.
Un ejemplo es el Moonwatch actual, que está basado en la cuarta iteración de este reloj, de la década de 1960. El Speedmaster ’57, por otro lado, está diseñado a partir de los Speedmasters de primera generación de 1957. Lo mismo ocurre con la colección Seamaster: mientras que el popular Seamaster Diver 300M ha evolucionado de un reloj que se lanzó a principios de los años 90, el Seamaster 300 se inspira en el Seamaster de 1957. Este enfoque crea una paleta de opciones más diversa aún que la colección de Breitling.
Calidad y tecnología
Tanto Omega como Breitling elaboran relojes de gran calidad gracias a sus muchas décadas de experiencia y dedicación, vastos conocimientos y constante impulso innovador. En su mayoría, sus relojes se manufacturan utilizando procesos automatizados que dependen de máquinas. Una excepción es el brillante Omega Speedmaster Calibre 321, que está confeccionado por un equipo especial de relojeros dedicados únicamente a este modelo. Además, Omega tiene algunos ejemplares excepcionales de alta gama que se han creado y acabado a mano. Estos ejemplos encajan con el perfil ligeramente más refinado de Omega frente a los relojes herramienta robustos y funcionales por los que se conoce a Breitling.
En cuanto a movimientos, Omega fabrica casi todo sus calibres en sus propias instalaciones. Además, la mayoría de ellos son Master Chronometers certificados por el METAS. Este es un paso al frente respecto a los movimientos de cronómetro o certificados por el COSC en los que confía Breitling. Omega también se ha labrado una buena reputación por sus movimientos Co-Axial, que requieren un menor mantenimiento.
Breitling, por otra parte, utiliza una mezcla de calibres de manufactura y de terceros. La marca confecciona en sus propias instalaciones el reputado movimiento de cronógrafo B01, que se emplea, junto a sus derivados, en la mayoría de los relojes de este fabricante. No obstante, para las líneas Superocean y Superocean Heritage, Breitling recurre a movimientos de Sellita certificados por el COSC. De manera que Omega le saca la delantera en cuestión de tecnología.
Precio y retención del valor
Por último, vamos a echar un vistazo al precio y la retención del valor. Respecto a los precios de catálogo, se podría decir que ambas marcas compiten en el mismo rango de precios. Si comparamos los relojes más icónicos de cada una de ellas, vemos que el Breitling Navitimer B01 43 tiene un precio de oficial de 9150 € con un brazalete de acero inoxidable. El Omega Speedmaster Professional Moonwatch con cristal de zafiro cuesta 8900 €. Verá precios similares en muchas de las colecciones equiparables.
Si pasamos a examinar el mercado secundario, veremos que Omega tiende a conservar algo mejor su valor. Omega es una marca más popular, con una clientela más amplia. A nivel general, esto genera una mayor demanda y unos precios más elevados para algunos de los modelos preferidos de la marca. En el mundo de los relojes, los modelos de edición limitada suelen venderse a precios más caros. En este sentido, Omega va por delante. Con el Speedmaster en particular, hay una demanda enorme de las variantes vintage clásicas y los modelos especiales de edición limitada gracias a una dedicada comunidad de coleccionistas. Por ello, los precios de algunos modelos de las décadas de 1950 y 1960 son muy elevados. Las ediciones especiales, como los modelos Speedmaster Snoopy o el Speedmaster Calibre 321, también se venden por sumas considerables.
Los modelos Breitling de edición limitada también conservan bien su valor. Algunos relojes, como el Navitimer ref. 806 1959 Re-Edition y el Navitimer B02 Chronograph 41 Cosmonaute, son codiciados objetos de coleccionista, si bien sus precios no están en absoluto a la altura de algunos Speedmaster.
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Breitling vs. Omega: ¿quién gana?
Cuesta elegir un vencedor entre estas dos marcas. Breitling y Omega son dos de los nombres más famosos de la industria de los relojes de lujo gracias a su fantástica historia, su dedicación a la artesanía y su constante deseo de innovar. A pesar de que Omega está un poco más adelantada en cuestión de tecnología con sus movimientos de manufactura, poco a poco Breitling está avanzando en la misma dirección.
En lo que al estilo respecta, no se puede declarar un ganador. Breitling ofrece relojes herramienta resistentes, mientras que Omega ha creado una colección de relojes más variada para un público más amplio con un toque de refinamiento y prestigio. Pero ambas marcas cuentan con algunos de los grandes clásicos de la industria a su nombre.
Y es precisamente por eso por lo que se deberían apreciar lado a lado en lugar de enfrentarse la una a la otra. Se pueden tener relojes de ambas marcas sin ningún problema, porque cada una de ellas ofrece algo único. ¡Al final, la variedad es la salsa de la vida!
