Los relojes mecánicos: obras maestras técnicas
El reloj mecánico es una de las innovaciones culturales más importantes de la humanidad. Durante siglos, se han encargado de medir el tiempo y, actualmente, se presentan como una pieza sostenible y ecológica que trabaja sin pilas.
Aquí encontrará información sobre:
Lo más destacado de los relojes mecánicos
- Auténtico arte relojero – verdadero trabajo manual ceñido a la muñeca
- Gran variedad: para cada gusto y bolsillo
- No necesita pilas: carga manual y automática
- El reloj de buceo más prestigioso: Rolex Submariner
- El reloj automático más asequible: Tissot PRS 516
Relojes mecánicos: el renacimiento de un bien cultural
Durante décadas, los relojes mecánicos han gozado de gran popularidad entre los entusiastas y coleccionistas. No es casualidad que los relojes de pulsera de Rolex y Patek Philippe se consideren como los artículos de lujo más codiciados de la industria. Ambas casas producen relojes mecánicos de gran calidad con un valor que se mantiene en el tiempo. Es más, algunos modelos vintage y ediciones limitadas aumentan su valor con los años.
Sin embargo, hubo un momento en que los relojes mecánicos tuvieron dificultades para sobrevivir. Con la llegada de los relojes de cuarzo en la década de 1970, muchas marcas se sumergieron en una crisis extrema. Incluso, algunos fabricantes se vieron obligados a cerrar sus talleres, desapareciendo por completo del mercado. Antes de la crisis de cuarzo, los relojes mecánicos y los relojes de bolsillo se consideraban artículos cotidianos. Cualquier persona que deseara conocer la hora tenía que llevar un reloj, y, en aquel entonces, la mayoría de las piezas alojaban un movimiento mecánico. La aparición de los relojes de cuarzo a precios muy inferiores, a mediados de los años 1970, revolucionó el mercado y cambió por completo el concepto del uso de un reloj mecánico.
Los relojes mecánicos reaparecieron a principios de los años 80. Los entusiastas y coleccionistas redescubrieron el encanto de un movimiento mecánico y empezaron a sentirse cómodos con las desviaciones de segundos o minutos. La tecnicidad y el arte de la precisión empezaron a jugar un papel protagonista. La mayoría de los fabricantes centraron su producción dando prioridad a los relojes de cuarzo, por este motivo, los admiradores de los ejemplares mecánicos tuvieron que empezar a buscar sus preciadas joyas en mercadillos, subastas y en los restos de mercancía de los comerciantes. Aquella época sirvió para encontrar auténticas rebajas, sin embargo, esto cambió con el tiempo y la demanda de aquellas "obsoletas" piezas empezó a superar la oferta. Los fabricantes de relojes tradicionales notaron este cambio y empezaron a ofrecer de nuevo relojes mecánicos en sus colecciones. Esta nueva realidad también abrió la puerta a marcas nuevas que empezaron a especializarse de manera exclusiva en la manufactura de ejemplares mecánicos. Una de estas firmas es la casa alemana Nomos. Roland Schwertner fundó la compañía en 1990, justo después de la caída del muro de Berlín.
La relojería clásica ha experimentado un renacimiento y un boom completamente inesperado en las ventas. Los relojes de pulsera han pasado de ser un producto básico a convertirse en un símbolo de estatus para hombres y mujeres.
Relojes mecánicos básicos
El mercado ofrece una amplia variedad de relojes mecánicos. Desde ejemplares de segunda mano a relojes sin estrenar, pasando por modelos nuevos que presentan categorías de precios desde el rango medio hasta valores que pueden llegar a superar varios millones de euros. Usted puede encontrar relojes vintage de marcas como Seiko por menos de 100 euros. Estos relojes suelen encontrarse en buen estado de conservación y son piezas perfectas para empezar a sumergirse en el universo de los relojes mecánicos. También puedes encontrar modelos nuevos de casas japonesas como Citizen, Orient y Seiko en el rango de precio de los 100 a los 200 euros. Asimismo, firmas como Junkers o Zeppelin utilizan movimientos japoneses de Miyota, el departamento que desarrolla los calibre de Citizen.
También es posible comprar relojes suizos a precios asequibles. Un reloj vintage de ocasión de la marca Tissot cuesta entre 100 y 400 euros, mientras que un Tissot PRS 516 nuevo, uno de los ejemplares más solicitados de la casa, ronda los 500 euros. Uno de los modelos más destacados de la colección es la variante Powermatic 80. Ofrece una extraordinaria reserva de marcha de 80 horas y cuesta aproximadamente 700 euros. Normalmente, los relojes con una alta autonomía suelen costar algunos miles de euros. El PRS 516 con función de cronógrafo se encuentra en el mercado de segunda mano por aproximadamente 1000 euros. Los modelos sin estrenar de esta serie están disponibles a partir de los 1600 euros. Cabe señalar que los relojes de firmas como Certina, Hamilton o Longines comparten la misma categoría de precio de Tissot.
Omega y Rolex: los relojes mecánicos de lujo
La manufactura suiza Omega goza de una excelente reputación en la industria relojera. Los relojes Omega se caracterizan por su innovadora tecnología, atractivos diseños y una excelente relación calidad precio. Uno de los modelos más populares de Omega es el Speedmaster Professional Moonwatch, el primer cronógrafo en viajar a la Luna. Los modelos de segunda mano en muy buen estado están disponibles rondando los 2500 euros. Nuevo, el Speedmaster Professional cuesta al menos 3000 euros. Ediciones especiales como el Silver Snoopy Award Limited Edition han duplicado su valor: originalmente, el reloj costaba 5900 euros, ahora esta pieza sin estrenar alcanza la cifra de los 12 000 euros.
Rolex es probablemente la marca de relojes más reconocida del mundo. No hay otra marca que represente el lujo y el prestigio como Rolex. El Submariner y el Daytona son dos de los modelos más buscados de la marca. La versión bicolor del Daytona está disponible en el mercado de ocasión a partir de los 8500 euros. Sin embargo, los Daytonas de segunda mano fabricados acero inoxidable cuestan al menos 10 000 euros. Nuevo, el modelo bicolor cuesta aproximadamente 10 000 euros y uno fabricado en acero inoxidable alcanza los 14 000 euros. Los relojes Rolex de acero inoxidable son especialmente solicitados y, por lo tanto, mantienen un valor más estable. Asimismo, el Paul Newman Daytona es un modelo muy popular. Este legendario reloj se distingue por contrastar el borde de la esfera con el tono de las subesferas. Además, luce los números de los contadores en un estilo art déco. Los modelos con el número de referencia 6239 son particularmente raros. Si el reloj cuenta con un diseño Paul Newman, pueden llegar a costar fácilmente más de 100 000 euros.
El Rolex Submariner, uno de los primeros relojes de buceo profesional de la historia, está disponible en el mercado de segunda mano por unos 4500 euros. Los modelos nuevos, sin fecha ni lente de aumento, cuestan aproximadamente 6000 euros. Con una ventana para la fecha, el Submariner alcanza el rango de los 7000 euros, y un Submariner vintage con número de referencia 1680 con la inscripción de color rojo plasmada en la esfera, cuesta entre 10 000 y 20 000 euros. Cabe señalar, que debido a la característica inscripción de color rojo, este modelo suele conocerse como "Red Sub".
Relojes mecánicos de carga manual
Cada movimiento mecánico cuenta con múltiples engranajes. La energía para el movimiento de las ruedas proviene de una reserva o acumulador. En los grandes relojes de pie, los pesos se tiran hacia arriba para cargar el mecanismo. Por otro lado, los relojes de bolsillo y de pulsera cuentan con muelles que se enrollan o cargan mediante una llave o una corona. La energía potencial almacenada en el muelle real, también llamado resorte, se libera de forma controlada a las ruedas. Cabe señalar que la invención de este «resorte» ayudó a reducir el tamaño de los calibres y, por lo tanto, también de los relojes. Otro invento pionero en este ámbito fue la corona de remontuar que reemplazó las llaves, esas pequeñas piezas que solía perderse con facilidad. Uno de los primeros relojes de bolsillo con corona, que también permitía ajustar las agujas, fue diseñado por Louis Audemars. La compañía presentó este extraordinario ejemplar en el año 1838.
En teoría, el funcionamiento de un movimiento de cuerda manual es simple. El muelle principal recibe la energía a través de la corona, la tija y las ruedas del sistema de carga. Para evitar que el muelle se desenrolle repentinamente, existe un mecanismo de bloqueo o un pequeño trinquete. El tren de rodaje reduce la fuerza elevada del muelle. La transmisión se ajusta de tal manera que la rueda de los segundos hace una rotación completa cada minuto. El escape se encuentra al final y se compone de un áncora y una rueda de escape. Este sistema evita que el tren de rodaje se salga de control y asegura el funcionamiento del reloj transmitiendo pequeños impulsos de fuerza al volante. El órgano regulador mantiene el ritmo del movimiento, oscilando hacia adelante y hacia atrás, y se compone de un aro y una espiral, el corazón de los calibres. Sin esta espiral, el volante, y con él todo el movimiento, se detendría en pocos segundos. Así, los sistemas de escape y oscilación constituyen la base de funcionamiento de un reloj mecánico.
El mecanismo de las agujas se posiciona debajo de la esfera. Este reduce el número de giros de la rueda de los minutos en una doceava parte. Esta rueda rota sobre su propio eje cada 60 minutos. Así, la manecilla de la hora gira de manera completa cada 12 horas.
Varias casas siguen produciendo relojes mecánicos con calibres manuales. Entre las firmas más reconocidas destacamos Junghans, Nomos, Patek Philippe y Jaeger-LeCoultre.
Las características de los relojes de carga manual
- La construcción de los movimientos permite la producción de cajas planas
- Carga manual del mecanismo
- Funcionan sin pilas hasta 8 días
Relojes mecánicos de carga automática
La invención de la cuerda automática revolucionó el ámbito de los relojes mecánicos, pues los calibres automáticos se cargan con el movimiento de la mano de su portador. Con ello, la necesidad diaria de dar cuerda al reloj desapareció. Dentro de la caja del reloj se encuentra un rotor que carga automáticamente la pieza. Gracias a la fuerza constante de la gravedad, siempre tiende a moverse hacia el centro de la Tierra. Por lo tanto, cuando el portador del reloj mueve su brazo hacia arriba y hacia abajo, el rotor gira dentro de la caja cargando así el muelle real que se encuentra en el barrilete.
Dependiendo del movimiento, la carga se realiza de forma uni o bidireccionalmente. Un sistema bidireccional cuenta con la ventaja de que el rotor enrolla o carga el movimiento tanto hacia la derecha como hacia la izquierda, mientras que el sistema unidireccional suministra la energía en una sola dirección. Como consecuencia, el reloj requiere de más tiempo para alcanzar el grado de carga máxima. Entre los sistemas más eficaces, destaca el sistema de cuerda Pellaton que utiliza hasta el más mínimo movimiento de la masa oscilante para cargar el muelle. Este eficiente sistema fue desarrollado por Albert Pellaton, director técnico de la casa International Watch Company (IWC) entre los años 1944 y 1966.
Ambos sistemas de carga cuentan con un engranaje reductor que asume la tarea de controlar la aceleración del rotor en un movimiento más lento para el mecanismo. El extremo del muelle real no se conecta directamente con el barrilete para evitar que este se rompa cuando está completamente enrollado. Esta punta final dispone de un tipo de brida o muesca que se desliza a lo largo de la pared interior del barrilete y permite un desenvolvimiento más limpio cuando el muelle alcanza la máxima tensión.
Los relojes mecánicos con calibre automático ofrecen muchas ventajas. Por un lado, son más cómodos, ya que no requieren de una carga manual. Tampoco precisan pilas para funcionar, por lo tanto, son más respetuosos con el medio ambiente que los relojes del cuarzo. Generalmente, son más precisos que los movimientos manuales , ya que la masa oscilante proporciona tensión constante al muelle. Esto tiene una influencia positiva sobre la amplitud o grado de oscilación. Es decir, el ángulo de giro del volante entre la posición de equilibrio y el punto de inversión de cada oscilación.
Los calibres de manufactura automáticos de la casa Rolex gozan de un excelente prestigio e incluso se consideran como los más robustos y precisos del mercado.
Las características de los relojes automáticos
- Se cargan automáticamente
- Muchas veces son más precisos que los relojes de carga manual
- Funcionamiento ecológico y sostenible sin pilas
Relojes mecánicos con complicaciones especiales
La mayoría de los relojes mecánicos se limitan a indicar la hora y la fecha. En este sentido, la cuerda automática se presenta como una de las complicaciones más comunes utilizadas en los relojes. Pero, ¿qué son las complicaciones en los relojes? Las complicaciones relojeras son funciones integradas a un movimiento mecánico que no se limita solo a señalar las horas, minutos y segundos. Los relojeros suelen diferenciar las complicaciones entre pequeñas y grandes. Las pequeñas complicaciones son, por ejemplo, los indicadores de la fecha, el día de la semana o de la reserva de marcha. El bisel giratorio del reloj de buceo, la visualización de la fase lunar o la segunda zona horaria de los relojes GMT también se consideran pequeñas complicaciones. La repetición de minutos, los calendarios perpetuos, así como la gran y pequeña sonería forman parte del grupo de las denominadas complicaciones grandes. Una función de cronógrafo es también una gran complicación. En comparación con un calendario perpetuo, una función cronómetro es una función casi igual de compleja, pero mucho más común y asequible.
La casa suiza Patek Philippe es conocida por sus relojes especialmente complicados. Entre los relojes de bolsillo más elaborados diseñados por la firma, se encuentra el Supercomplication Henry Graves del año 1932 y el Calibre 89 de 1989. El Supercomplication Henry Graves fue especialmente diseñado para el banquero neoyorquino Henry Graves Jr. y cuenta con 24 complicaciones. Entre sus funciones incluye un calendario perpetuo, un cronógrafo ratrapante para cronometrar tiempos parciales y diferentes indicadores aplicados al ámbito de la astronomía . En 1989, el Calibre 89 reemplazó la Graves Supercomplication como el reloj portátil más complicado del mercado. El Calibre 89 cuenta con 33 funciones diferentes y, hasta la fecha, sigue siendo uno de los relojes de bolsillo más complicados de la industria. Incluye un calendario perpetuo, un cronógrafo ratrapante, un indicador de la edad y fases de la Luna, funciones astronómicas, repetición de minutos, una alarma y una pequeña y gran sonería.
Uno de los relojes de pulsera más complicados del mundo es el Patek Philippe Grandmaster Chime que cuenta con 20 complicaciones. La palabra en inglés "chime" significa timbre o campana. Por este motivo, el reloj ofrece múltiples complicaciones acústicas, tales como una repetición de minutos, una petite sonnerie y una grande sonnerie, una alarma y una repetición de la fecha perpetua. Además, este reloj de lujo también puede funcionar como un despertador y, bajo petición del cliente, también puede emitir una señal acústica para señalar la fecha. Además de estas características, el ejemplar ofrece un segundo huso horario, un indicador de la reserva de marcha de la sonería, una visualización de día y noche, así como las fases de la Luna. El calibre 300 GS AL 36-750 QIS FUS IRM del Patek Philippe Grandmaster Chime está compuesto por 1366 piezas. La caja de oro rosa está muy finamente decorada con grabados. Con el fin de ofrecer una visualización de todas sus funciones, el reloj cuenta con una esfera de doble cara. En el mercado solo existen siete ejemplares del Patek Philippe Grandmaster Chime, uno de ellos se encuentra en el museo de la compañía. Este extravagante reloj cuesta aproximadamente 6,4 millones de euros.